La transición: confesiones para párvulos y desmemoriados
Ginebra, 17 de octubre de 1975. El teléfono sonó dos veces aquella tarde. Los mensajes, aparentemente contradictorios, se complementaban. El primero en llamar fue Carlos Godó, dueño de La Vanguardia Española, uno de los empresarios de prensa [Seguir leyendo]