66 Festival de San Sebastián: cine argentino en Horizontes Latinos

Familia sumergida, fotograma
Julio Feo Zarandieta

Dos operas primas argentinas han sido proyectadas en Horizontes Latinos. “Familia sumergida” de la actriz, guionista y directora Maria Alché, coproducción con Brasil, Alemania y Noruega, y “Marilyn” de Martin Rodriguez Redondo, coproducción con Chile. Con estilos y temática muy diferentes.

Maria Alché quien empezó su carrera de actriz a los 17 años (en “la niña santa” 2004, de la argentina Lucrecia Martel), tiene ya una abundante  filmografía como intérprete, y después de algunos cortometrajes, se ha lanzado ahora con su primer largometraje, como guionista y directora.

La intimidad de una familia sumergida

En su reparto, cuenta “Familia sumergida” con la afamada actriz argentina Mercedes Morán (quien era  la madre de “La niña santa”), y figura este año en cuatro películas presentes en el festival, pero también actores como Esteban Bigliardi o Marcelo Subiotto, sin olvidar la participación de la joven Manuela Martínez, hija de Mercedes Morán, en la ficción y en la realidad.

Con una puesta en escena muy marcada por la influencia cinematográfica de Lucrecia Martel, filmando a sus personajes de cerca en la intimidad y en la promiscuidad de un apartamento familiar, Maria Alché aborda el tema de la angustia existencial de una mujer en luto por su hermana recién fallecida.

Sus alucinaciones y angustias  se cruzan con los conflictos y secretos de esa familia sumergida. Una película que da prioridad a la imagen, al sonido, y a los silencios, sobre todo con el personaje de Mercedes Moran. La dirección de fotografía está a cargo de la francesa Helene Louvart (quien ha trabajado con directores como Claire Denis, o Nicolás Klotz).

“Marilyn” o el acoso sexual y social en la Argentina rural

Coproducción argentino-chilena, “Marilyn”, del joven cineasta argentino Martin Rodriguez Redondo, pasó por Cine en construcción, y fue proyectada en la última Berlinale.

El guion está basado en un hecho real acaecido en Argentina en 2009: la historia de un  adolescente de 17 años, peón en una estancia en el campo, cuya homosexualidad provoca el acoso de las gentes del lugar y la hostilidad de su propia familia.

El joven protagonista es Walter Rodríguez un actor neófito que interpreta aquí su primer papel en el cine,  mientras que su madre está a cargo de la veterana actriz chilena Catalina Saavedra, quien tras la muerte de su esposo acosa violentamente a su propio hijo cediendo a la homofobia general.

La película muestra al mismo tiempo la existencia de un doble acoso sexual y social, pues la propia familia del protagonista, jornaleros en una estancia son desahuciados y echados a la calle.

“Marilyn” es una tragedia anunciada en ese medio intolerante y rural, con un final sorprendente en su guion, el de  la historia real de ese joven transexual que fue condenado a cadena perpetua en su país, y que sigue actualmente en la cárcel, en donde se ha convertido en líder militante de la causa de los homosexuales, lesbianas y transexuales.

Una película que no deja indiferente pues cuestiona al espectador sobre el machismo y la intolerancia y alimenta el debate en países como Argentina y Chile, donde persiste la más violenta homofobia, pese a la evolución reciente de la legislación en vigor.

Los equipos de “Familia sumergida” y de “Marilyn participaron este domingo en los encuentros de Desayunos Horizontes en San Sebastián.

«La Noche de doce años» del uruguayo Álvaro Brechner

Tercer largometraje de Álvaro Brechner, director uruguayo  afincado en España, “La noche de doce años” es una excelente adaptación a la pantalla de “Memorias del calabozo”, las denominadas crónicas tupamaras del escritor y exguerrillero uruguayo Mauricio Rosencof.

En 1973, la dictadura militar detuvo y torturó a nueve militantes tupamaros, esta es la historia de tres de ellos: José  Alberto “Pepe” Mujica, Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro. Los tres fueron torturados física y sicológicamente, sometidos durante doce años al aislamiento total, sin ver la luz del día, torturados y desplazados constantemente de un lugar a otro, secuestrados y desaparecidos, sin  apenas contacto con sus familiares, todo ello con un objetivo  deliberado: enloquecerlos, quebrar su voluntad.

Una cita de Kafka al comienzo del film evoca bien esa experiencia de humillación y privación de libertad, en donde pasaron de la categoría de presos a la de rehenes.

La película cuenta con fuertes imágenes como resistieron a ese trato inhumano y acoso permanente, gracias a una admirable voluntad de sobrevivir y de mantener la esperanza en terribles condiciones de detención, rotos físicamente, pero manteniendo en su mente la voluntad de permanecer enteros, sin ceder a la infamia de los torturadores.

Esta es una historia de resistencia y de reconstrucción de tres hombres que, al salir en 1985 de esa  noche de doce años, mantuvieron integras sus ideas, no enloquecieron y supieron derrotar a sus acusadores.

Pepe Mujica fue presidente de la Republica uruguaya entre 2010 y 2015, Eleuterio Fernández Huidobro, ya fallecido, fue ministro de Defensa, y Mauricio Rosencof prosiguió su carrera literaria. “Querían volvernos locos -cuenta Pepe Mujica- Nos tocó pelear con la locura y triunfamos. No quedamos lelos”. Sus perseguidores en cambio están ya en el estercolero de la Historia. “Y si este fuera mi último poema, insumiso y triste, raido pero entero, tan solo una palabra escribiría: compañero.” Esa breve poesía de Mauricio Rosencof, trasmitida en morse, aislado en una celda de castigo, a su compañero de cárcel Eleuterio Fernández, resume bien la humanidad de este relato, que recupera y transmita la memoria histórica del pueblo uruguayo, en los terribles años de la dictadura militar. En un acertado montaje, las secuencias de aislamiento en la cárcel se entrecruzan con las de su detención, las argucias que les permitían resistir, los escasos encuentros con la familia en prisión, las escenas oníricas en donde piensan en sus seres queridos, que sirven de respiración a tan grave relato.

Brechner me ha hecho pensar en el italiano Benito Benigni en “la vida es bella”, en la que se atrevía a abordar con humor el horror de los campos nazis. Brechner logra también hacernos reír por momentos con anécdotas de supervivencia, que le contaron los dos expresos aun en vida. “Las bromas y la risa, eran para ellos una forma de resistir, de enfrentarse al dolor físico y moral”, explicó Álvaro Brechner en los encuentros de Desayunos horizontes en San Sebastián, a donde acudió con su productora hispano uruguaya Mariela Besuievski y sus actores Antonio de la Torre y Chino Darín.

A ver si se animan los guionistas y directores españoles y llegamos a ver un día una película de esta calidad sobre la memoria histórica y los crímenes del franquismo en España, ocultados en nuestra transición democrática. Esa transición que algunos, como un servidor, apreciamos en su justo valor, aunque nos supo a poco.

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