Amnistía Internacional pide la libertad de los presos políticos en Marruecos

Amnistía Internacional (AI) insta en un comunicado al Gobierno de Marruecos a excarcelar a decenas de manifestantes de Hirak de la región del Rif, además de artistas de rap, autores de blogs y periodistas.

«Las autoridades marroquíes deberían liberar inmediatamente a las decenas de detenidos simplemente por expresar sus opiniones o por ejercer su derecho a protestar. Estas personas pacíficas nunca deberían haber sido encarceladas», señala la organización internacional.

«La nefasta perspectiva de que la Covid-19 se propague por las cárceles debería impulsar a las autoridades marroquíes a poner en libertad a todas las personas recluidas únicamente por expresar sus opiniones o ejercer su derecho de protesta. Estas personas pacíficas nunca debieron ser encarceladas», afirma la directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África, Heba Morayef.

Las autoridades aumentaron en los últimos seis meses su intolerancia hacia aquellos que se atreven a expresar sus puntos de vista libremente. Solo entre noviembre de 2019 y enero de 2020, al menos diez personas, incluido un periodista y dos raperos, fueron arrestadas y condenadas a penas de prisión en relación con el ejercicio legítimo de su derecho a la libertad de expresión en redes sociales. Todos fueron acusados de «ofender a funcionarios o instituciones públicas, y siete del grupo están actualmente encarcelados en varios lugares de Marruecos.

En este sentido, el activista Abdelali Bahmad, alias Ghassan Bouda, está cumpliendo una condena de prisión de un año por «insultar» a la monarquía después de lanzar noticias en Facebook en apoyo a las protestas de Hirak en el Rif. Los blogueros Moul El Hanout y Youssef Moujahid están cumpliendo cuatro años de prisión después de que un tribunal de Rabat los condenó por ofender a «funcionarios públicos» e «instituciones» e «incitación al odio» por publicar videos en los que legítimamente ejercen su derecho a la libertad de expresión en línea.

Las cárceles en Marruecos sufren de hacinamiento y una proporción significativa de la población carcelaria se encuentra en prisión preventiva. En noviembre de 2019, el hacinamiento en las cárceles era de alrededor del 138 por ciento, con 83.747 detenidos en 2018. En 2018, el 40 por ciento de la población carcelaria total se encontraba en prisión preventiva.

«El gobierno marroquí también debería considerar seriamente la adopción de medidas no privativas de la libertad para las personas acusadas de delitos menores o que son particularmente vulnerables a Covid-19, como los presos de mayor edad y aquellos con condiciones médicas graves», recalca AI.

El rey otorga el perdón a salafistas

Mientras se hace esta petición para presos políticos, un total de cincuenta salafistas, seguidores de la versión radical del Islam, se han beneficiado del perdón real otorgado por el rey Mohamed VI el domingo 5 de abril y que afecta a 5654 detenidos. Entre los indultados se encuentran Bouchaib Guermaj y Khalid El Haddad, encarcelados desde 2003.

La Comisión Conjunta para la Defensa de los detenidos islamistas ya había solicitado antes del perdón real la libertad de estos presos añadiendo que les hubiera gustado que el número «de indultados en esta ocasión fuera de más de cincuenta personas», según declaró el portavoz de esta organización, Abderrahim El Ghazali.

Este colectivo recuerda que el 25 de marzo de 2011 se acordó «liberar gradualmente y en un plazo razonable» a los condenados por los tribunales por terrorismo en 2002 y 2003.

A su salida en 2015 tras otro perdón real, algunos como el sheik Hassan Khattab, reconocieron su culpa y se han «arrepentido». Ahora están participando en el programa de reconciliación (Moussalaha) con las autoridades para combatir la radicalización.

El más famoso de los arrepentidos, condenado en 2003 a treinta años de prisión como inductor de los atentados de 2003 en Casablanca, es el sheik Abou Hafs (su verdadero nombre es Mohammed Abdelwahab Rafiqi) de 45 años. Actualmente no solo condena sus viejas ideas y sus antiguos compañeros en la Salafiya Jihadiya, sino que aboga abiertamente por la modernización y la reforma del Islam. Creador del centro Al Mizane, ha llegado a defender ahora la igualdad de la herencia entre hombres y mujeres.

Sin embargo, otros antiguos presos que salieron después del perdón real o el recorte de su sentencia regresaron a la violencia, entre ellos, el exportavoz de la liga de defensa de los detenidos islamistas, Anas El Haloui, quien tras salir en 2007 terminó uniéndose a los yihadistas en Siria, donde murió en 2013.

Los perfiles de los salafistas son muy variados, su número se estima alrededor de tres mil, variando las penas a las que fueron condenados.

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