De cuando es bueno reflexionar con tiempo

por José Luis Pedreira Massa

He estado un tiempo en silencio, de observador, no dudo que ciertamente privilegiado de esta apasionante realidad cambiante que nos toca vivir. Vean los calificativos empleados: apasionante y cambiante realidad. Efectivamente es apasionante porque está despertando la pasión y las emociones en determinados sectores de la población y es cambiante porque está siendo expresión de un cambio.

Andalucía tras 36 años de votar socialista, vota socialista pero deja en manos de la derecha el gobierno andaluz. Es muy interesante, porque esa derecha siempre había exigido que ejerciera el gobierno la lista más votada, pero aquí se aferra a la mayoría de la democracia parlamentaria azul+naranja+verde, lo cual es bueno que lo haga porque ya nunca más estará legitimada para berrar por la lista más votada.

El Gobierno socialista del Estado consigue presentar unos Presupuestos Generales del Estado con una clara definición a favor de la gente, un perfil social como nunca habían tenido los PGE. De tal suerte que promover una oposición es realizar un posicionamiento claro y rotundo en contra de la gente y votar a favor es dar “una nueva baza” al Gobierno. Paradoja fantástica y pedagógica.

La emergencia de la extrema derecha extrema con un partido que ha sido financiado por grupos considerados como terroristas islamistas y procedentes de Irán: Mar de todas las contradicciones. Las ideas que trasmite son de una rancia antigüedad clasista que rezuman machismo, racismo, xenofobia, insolidaridad… pero también impotencia, rabia y nacionalismo, mejor nacional catolicismo, cutre y casposo. Pero entre mentira y mentira, fake news y fake news, ahí están sin despeinarse siquiera (por efecto del exceso de gomina) y parece que no es para un ratito.

La proliferación de insultos por doquier dirigidos hacia el Presidente legítimo del Gobierno de España. Esos insultos son vociferantes y con una falta de respeto que se sitúa en la frontera de la maledicencia y la mala educación, a pesar que sus autores hayan estudiado en caros colegios. Esta derecha siempre hace lo mismo: si gana deben respetarme por encima de todo, pero si pierde… desde el primer momento se dedica a insultar, a atacar indiscriminadamente, a utilizar palabras de gran calibre para descalificar al adversario, del tipo de traidor, sinvergüenza, separatista, cómplice de terroristas y otras lindezas de similar calaña. Todo se hace con una clara pretensión: la descalificación del sistema democrático, con el fin de desanimar a los ciudadanos y ciudadanas más influenciables y desmovilizarlos, a la par que enardecen y estimulan a los suyos.

Colectivos sociales que durante siete años han permanecido escondidos en silencio, en un vergonzoso y vergonzante silencio cómplice con las políticas y actos del corrupto PP y de las acciones de connivencia de su socio naranja de C’s, pues esos silentes colectivos se erigen en líderes de protestas ancestrales y solicitan, mejor exigen, que en apenas siete meses y sin PGE se solucionen todos sus males que, por cierto, tienen una gran repercusión presupuestaria. No es que no sean justas sus peticiones, pero hacerlo de esta forma y manera es, cuanto menos, inoportuno. Ahí están los taxistas, la Atención Primaria de varias Comunidades Autónomas, los jueces…

Con este caldo de cultivo del barro y la confusión, del griterío y la mediocridad, de la falta de análisis y de simplismos incalculables, así surge el crecimiento de las derechas en cualesquiera de sus manifestaciones. La izquierda continúa con sus matices, con sus fragmentaciones, con sus peculiaridades diferenciales… así surge el crecimiento de las derechas en cualesquiera de sus manifestaciones. La sociedad se cansa de repeticiones insulsas y olvida el marco triste del blanco y negro de la derecha restrictiva de las libertades y generaliza con simplezas… así surge el crecimiento de las derechas en cualesquiera de sus manifestaciones.

Frente al hacer por el cambio y por mejorar a la mayoría con el SMI, con las pensiones actualizadas, con la inversión en sanidad, educación y dependencia, con unos PGE sociales y que restituyen derechos a los más desfavorecidos de la población, solo existe griterío, sin razones y repeticiones sin sustento ni contenido solo lanzamiento de güitos.

En esta actividad política vuelve Platón a tener razón, cuando las gentes con valores se desentienden de la política, su lugar es ocupado por los mediocres. Así nos va.


J.L. Pedreira Massa, colaborador habitual de La Mar de Onuba es psiquiatra y psicoterapeuta de infancia y adolescencia. Profesor Psicopatología, Grado Criminología, UNED

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