Declaración de guerra en el PP

«En la guerra del PP no se hacen prisioneros, y Ayuso siempre golpea más fuerte»

El PP se ha declarado la guerra, y los cuchillos se afilan con la precisión mortal de quienes no quieren dejar prisioneros. Todos se miran de reojo por si alguien se abalanza por la espalda, pero quienes más sienten el aliento de los suyos en la nuca son Casado y Teodoro.

 

Este domingo la calle ardió en torno a Génova con gritos de Fracasado, y Egea vete ya. La cúpula del PP, con elementos de la insignificancia de Pablo Montesinos, empezaba a temblar tras perder el pulso con Díaz Ayuso, lo que muestra que la base electoral del PP prefiere a una mujer sobre la que planea la sombra de la corrupción que a este dúo macabro incapacitado para cualquier disputa electoral o partidista. Pero de Ayuso y sus chanchullos ya hablaremos otro día.

Hoy toca hablar del ridículo genovés del General Secretario, del murciano más cerril, obtuso y ególatra que ha sufrido este país en muchos años: Teodoro García Egea. Este elemento siniestro, que no ha dado un palo al agua fuera de la política pero que ha hecho que lo nombren ingeniero del año, envió este fin de semana a su brazo tonto, el diputado que se equivocó en la votación de la reforma laboral, para amedrentar a los diputados populares que beben de su abrevadero para que pusieran Tweets apoyando a Casado. Pura fachada dirían algunos, puro facherío dirían los demás.

Pero de poco han servido las cortinas de humo de este aprendiz de político de tercera división, porque en la guerra del PP no se hacen prisioneros, y Ayuso siempre golpea más fuerte. Aunque no solo embiste la presidenta que todo el mundo querría tener como hermana, aquí también se han armado hasta los dientes algunos barones regionales bajo el mando del presidente de Galicia, que ha pedido a Pablo su dimisión de manera fulminante.

Pero tras 8 horas de reunión, nadie ha convencido a Casado de que dimita, ni siquiera de que cese a Teodoro, un hombre odiado visceralmente por los suyos y compadecido por el resto cada vez que hace el ridículo en público o en privado. De hecho, confieso que el día que lo nombraron Secretario General, un amigo que había compartido corporación municipal con él en Cieza me dijo, “Teodoro va a cargarse al PP”, y vaya que si lo está haciendo.

Aunque el responsable último es Pablo Casado, un líder tan débil que obligaba a sus diputados a llamarlo “Presidente Casado”, dejado tirado por sus votantes, un líder zarandeado por sus electores en las redes sociales, insultado a gritos por sus militantes a las puertas de la sede corrupta de Génova, vilipendiado por la derecha mediática y abandonado por los que algún día creyeron en él. Por todo ello, una persona con algo de dignidad pediría perdón por ser un lastre y se marcharía, pero Casado, y quienes lo acompañan, distan mucho de reunir dignidad mínima que se le exige a cualquier persona decente.

Por eso, han convocado el próximo lunes una Junta Directiva Nacional, que para que todo el mundo lo entienda, es el espacio en el que los cargos a sueldo del PP votarán si la ejecutiva continúa o no. Y lo han hecho para tener una semana en la que compravender voluntades, aun sabiendo que tal cosa será letal para su partido y para los intereses de la derecha. Pero les da igual, les da igual su partido, les dan igual sus votantes, les da igual perder su legitimidad y, sobre todo, les importa un pimiento España, que se la ponen de pulsera mientras se atrincheran en su sede pagada con dinero negro. Cuánta podredumbre moral. 

Pablo Casado y Teodoro han abierto a su organización en canal, y han mostrado una vez más que representan a una derecha incivilizada e indigna de cualquier representación institucional. Tendremos circo, tendremos sangre, tendremos humillaciones y tendremos guerra. El PP ha decidido que solo sobreviva una trinchera, la pregunta es: ¿Cuál será? Hagan sus apuestas.

París, 21 de febrero de 2022.

Pedro Iniesta Ruiz, columnista y analista político de La Mar de Onuba, es Profesor de Lengua y Literatura españolas en París, desde nos ofrece su particular visión de la sociedad y la política española e internacional.

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