El equipo de gobierno privatizará ahora las instalaciones deportivas, para lo que dará más 4 millones de euros a la empresa adjudicataria.
“Si cedemos la gestión de las principales competencias municipales a manos privadas, ¿para qué sirve el Ayuntamiento?”, se ha preguntado Izquierda Unida en un comunicado en el que denuncia la fiebre privatizadora del equipo de gobierno de Independientes por Cartaya (ICAR).
Y es que el Ayuntamiento de Cartaya, dirigido por el «independiente» Juan Miguel Polo, ha cedido a empresas privadas la gestión de la mayoría de las competencias obligatorias de las entidades locales por su tamaño poblacional. Así, el consistorio cartayero ha privatizado la gestión de 7 de sus 10 competencias básicas durante los dos últimos mandatos. La gestión del agua, el alcantarillado, recogida y tratamiento de basuras, limpieza, parques y jardines estarán en manos privadas durante las próximas décadas.
A esta privatización se suma la del servicio de deportes, actualmente en proceso de licitación. El Ayuntamiento cede el pabellón cubierto, campo de fútbol de césped artificial y fútbol 7, pistas de atletismo, tenis, pádel y resto de instalaciones municipales a una empresa para su explotación hasta el año 2032.
La empresa recibirá, además, una subvención del Ayuntamiento de 3,5 millones de euros, a cambio de hacer obras y adquirir equipamiento por valor de 600.000 euros antes de las elecciones de 2019. El pliego de condiciones no ofrece garantía alguna de que los 26 trabajadores municipales de deportes mantengan su puesto de trabajo al día siguiente de su subrogación.
La limpieza viaria se cederá a una empresa hasta el año 2023 con un coste de 1,2 millones de euros anuales. El coste del servicio por habitante aumenta de 38 a 60 euros anuales.
El mantenimiento de parques y Jardines se cede durante 4 años a una empresa que recibirá 590.000 euros al año. El coste del servicio para habitante se encarece desde los 21 a los 31 euros anuales.
El agua, alcantarillado y recogida de residuos que se privatizaron en el mandato anterior, también estarán en manos privadas durante la próxima década, multiplicándose el coste del servicio por habitante.
La coalición lamenta que «se vendan nuestros servicios básicos y la estabilidad de nuestros trabajadores por cuatro duros para obtener resultados vistosos a cambio de hipotecar nuestro futuro. Un Ayuntamiento fuerte debe ocuparse directamente de sus obligaciones y gestionar eficazmente derechos imprescindibles como el agua, la limpieza, la basura, el cuidado de parques y jardines, y los servicios municipales de deporte. Un Ayuntamiento que cede a manos privadas sus obligaciones fundamentales no necesita oposición: ya está reconociendo que no sabe o no quiere hacerse cargo de su deber».
