Elecciones presidenciales en Francia: Melenchon lanza en París la dinámica de Unión Popular

Macron, Le Pen, Zemmour y Pecresse por el voto de la derecha.

por Julio Feo Zarandieta

 

 

Lunes, 6 de diciembre de 2021. Mas de cinco mil personas han asistido este domingo 5 de diciembre 2021 en París al mitin del candidato de Unión Popular, Jean Luc Melenchon, quien ha presentado la constitución de un parlamento de Unión nacional y ha denunciado la hipocresía y cobardía del jefe del Estado, Enmanuel Macron, quien sigue haciendo campaña sin declararse oficialmente candidato, lo que le permite de evitar el debate con sus adversarios.

Con la presentación de un parlamento de la Unión popular abierto a personalidades políticas, sindicalistas o intelectuales que no forman parte de Francia insumisa, el candidato Melenchon ha lanzado este domingo una estrategia de apertura y un llamamiento a las bases de todas las organizaciones de izquierdas para discutir como punto de partida el programa «L’avenir en común», a la vez ecológico y social.

Conviene señalar que los candidatos declarados deben todavía obtener las firmas de quinientas personalidades electas (diputados, senadores, alcaldes, etc.) para validar sus candidaturas seis semanas antes de la primera vuelta de la elección presidencial el próximo mes de abril. Reglamento de selección de candidaturas que ha sido denunciado por Francia Insumisa. En consecuencia, puede haber todavía sorpresas y desistimientos, tanto en la derecha como en la izquierda.

En todo caso, Melenchon ha reafirmado su estrategia de llamar a la unión de las bases sobre su programa, y no a la unión de los aparatos políticos sin ningún programa que ofrecer. Entramos ya en la tregua navideña y la campaña electoral entrará aquí en su fase decisiva a partir del mes de enero 2022.

El mitin parisino de Melenchon ha reactivado la movilización general de todos los apoyos de la Unión Popular, con el objetivo de atraer a las urnas a decenas de miles de abstencionistas decepcionados por las elites de ese mundo político al servicio de las multinacionales y de la finanza internacional.

La lucha de la Unión Popular contra la derecha y la extrema derecha francesa, es algo así como la lucha de David contra el Goliat de las multinacionales, que representa hoy mas que nunca la convergencia entre la extrema finanza neoliberal adicta a los paraísos fiscales y la tentación totalitaria de la extrema derecha fascista. Ambos coinciden también, no es casualidad, en la búsqueda de una sociedad de control totalitaria con la buena excusa de la crisis sanitaria, lo que nos recuerda el mundo atroz imaginado por Orwell.

Las únicas batallas perdidas son aquellas que nunca se libraron, ha declarado Melenchon, subrayando que el resultado de la presidencial en Francia será decisivo para detener o proseguir el actual proceso de mundialización neoliberal generador de miseria, desigualdad social y crisis ecológica.

El programa de la Unión Popular disponible en librerías

Cuando faltan cuatro meses para la elección presidencial en Francia, la campaña extraoficial con candidatos declarados o no declarados sigue su curso con encuestas cuyos muestreos dejan mucho que desear, con una evidente tendencia a la manipulación de la opinión, por decirlo de manera elegante.

El presidente Enmanuel Macron, candidato no declarado a su sucesión, hizo un discurso electoral durante media hora, el pasado 9 de noviembre, que esperamos le sea deducido de su tiempo de palabra en la campaña oficial.

La extrema derecha neofascista por su parte cuenta con dos candidatos Eric Zemour y Marine Le Pen.

La derecha LR (ex gaullistas) ha optado por Valerie Pecresse entre sus cinco pretendientes a la presidencia, con posiciones alineadas tanto con el neoliberalismo europeo  como con las posiciones de la ultraderecha en materia de inmigración.

El estado de urgencia sanitario contra el covid se ha transformado en Francia en un instrumento político liberticida en manos del gobierno y del presidente, que han optado por la estrategia autoritaria del miedo y la amenaza permanentes.

Entre el covid y el omnipresente debate sobre seguridad y emigración, catecismo de la derecha y la extrema derecha en todas las elecciones, los «grandes medios informativos» siguen escamoteando el verdadero debate sobre el programa económico, social y ecológico necesario para garantizar el nivel de vida y el bienestar de la población.

En el marco de la izquierda parlamentaria en Francia, el programa de Unión Popular es hasta el momento la única propuesta completa, seria y coherente frente a la política neoliberal de la derecha y de la extrema derecha neofascista. Programa publicado y disponible en todas las librerías del país desde el 18 de noviembre.

El carácter perverso de la elección presidencial en Francia consiste en pedir a los franceses que elijan un «hombre (o mujer) providencial» para dirigir el país, un «presidente monarca» al que la constitución de la quinta república otorga plenos poderes.  Las elecciones legislativas celebradas inmediatamente después se convierten en una simple confirmación de ese voto presidencial.

La discusión sobre los programas de cada cual es en cambio evacuada rápidamente en una mini campaña oficial, que empezará a partir del 28 de marzo, siendo la elección el 9 y el 23 de abril en dos vueltas y escrutinio mayoritario.

El gran riesgo del sistema presidencialista francés es que una fuerte abstención provoque la ausencia de legitimidad y credibilidad del candidato ganador en la segunda ronda. La intensa campaña electoral desarrollada por Francia insumisa se ha dirigido en consecuencia a movilizar a los jóvenes y a los abstencionistas que tienen hoy más que nunca el destino de Francia en sus manos.

¿Qué es ser de izquierdas en 2021?

No cabe duda que la izquierda francesa tropieza con grandes dificultades para presentarse unida a la próxima elección presidencial. El fracaso hasta el momento en la organización de una elección primaria de la izquierda francesa, para elegir un candidato único y común, muestra a mi entender que es necesario en este siglo veintiuno, redefinir lo que significa hoy en día ser de «izquierdas».

¿Yannick JadotAnne Hidalgo y Arnaud Montebourg son de «izquierdas»? A menudo depende de los días pares o impares. En todo caso los tres tienen en común su absoluto rechazo del programa de la izquierda parlamentaria «Francia Insumisa» y de su candidato Jean Luc Melenchon.

Quizás porque los tres han adoptado el neo lenguaje de los «grandes» medios informativos que consiste en calificar a Francia insumisa de «extrema izquierda» y a Melenchon como enemigo principal.  Cuando todavía las palabras tenían un sentido los términos de derecha e izquierdas se reservaban siempre al arco parlamentario. El término de extrema izquierda define por lo tanto las posiciones extraparlamentarias.

En la izquierda francesa, el Partido Comunista que en 2017 se unió con Francia insumisa, presenta esta vez su propio candidato Fabien Roussel, sin posibilidad real de calificarse en la primera vuelta. Es el caso también de otros partidos y movimientos de izquierdas, como un sector minoritario socialista que dirige Gerard Filoche, que aprueban sin embargo buena parte del programa de unión popular.

Lo ideal seria que Melenchon y Francia insumisa den garantías de representación a todas esas fuerzas dispersas, pero las querellas entre sus dirigentes no han permitido hasta ahora un acuerdo. La propuesta de Melenchon es la creación este domingo en el mitin parisino de un parlamento de la unión popular que incluya personalidades políticas de izquierdas mas allá de la propia «Francia insumisa». Iniciativa a la que han adherido ya el ecologista Thomas Portes, o Aurelie Trouvé, exdirigente de la organización alter mundialista Attac.

La extrema izquierda extraparlamentaria, muy presente en las luchas sociales, presenta también tres candidatos a la presidencia, pero no con la intención de llegar al poder, sino de utilizar la campaña presidencial como una tribuna política, de la que están privados en los grandes medios informativos a lo largo del año.

Una alternativa de izquierdas electoral al capitalismo «neoliberal»

«L’Avenir en Commun» (El futuro en común) publicado por la editorial Seuil, en venta por tres euros, es un «libro programa» de 158 paginas elaborado colectivamente por los dirigentes, militantes y simpatizantes de Francia Insumisa, con un prólogo de su candidato a la presidencia Jean Luc Melenchon.

Su programa se presenta como un análisis coherente sobre el mundo actual en torno a cinco temas generales: vivir libres y ciudadanos, la adaptación al sistema de la naturaleza, la unión para alcanzar el bienestar, la humanización de las personas y de la sociedad, y por ultimo el ordenamiento del mundo.

Catorce capítulos con propuestas detalladas para una alternativa de izquierdas social y ecológica frente al desastroso balance del «neoliberalismo» económico representado en Francia por Macron y en Europa por la política de la Comisión de Bruselas y del Fondo Monetario internacional.

El programa del candidato Melenchon empieza denunciando la monarquía presidencial que es actualmente la quinta república, y propone en caso de ganar la elección la convocatoria inmediata de una Asamblea Constituyente, que permita modificar las instituciones republicanas. Una sexta república parlamentaria respetuosa de la intervención popular., que instaure el RIC Referéndum de iniciativa ciudadana.

Mientras el capitalismo financiero empobrece a las clases medias y destruye el ecosistema en el planeta, el programa de Unión Popular propone una alternativa que va de la planificación ecológica a la protección y colectivización de los bienes comunes fundamentales como son: el agua, el aire, la salud, o la energía.

De la prohibición de los pesticidas al abandono progresivo de la energía fósil y de la energía nuclear planificando el paso a un cien por cien de energías renovables de aquí al 2050, «l’avenir en común» propone penalizar a los industriales que contaminan el planeta. Su programa busca un equilibrio entre la necesaria relocalización de las industrias y la lucha contra las consecuencias del cambio climático.

Anteponer el ser humano a la lógica egoísta del capital financiero pasa en consecuencia por la ruptura con el programa de privatizaciones a ultranza dictado por las multinacionales del planeta y sus lobbies políticos en Europa. Frente a la Europa neoliberal los insumisos proponen una Europa social y generosa, que acoja dignamente a los inmigrantes, poniendo en cuestión todos los tratados europeos antiecológicos o antisociales.

Reconstruir el servicio publico de la salud, revalorizar los salarios del personal sanitario, de los oficios de vinculo social, nacionalizar las autopistas, restablecer los servicios públicos destruidos en todos los ámbitos por los sucesivos gobiernos en Francia desde 1982.

La lucha por el pleno empleo, el aumento del salario mínimo a 1400 euros netos, la jubilación a los sesenta años, reforzar el actual sistema de seguridad social, revalorizar el seguro de desempleo, prohibir los despidos «financieros» injustificados, y abrogar la ley «trabajo» que ha desmantelado en Francia numerosas protecciones del derecho laboral, forman parte de propuestas concretas de la Unión Popular.

La financiación de ese programa electoral se apoya evidentemente en una profunda reforma fiscal en las antípodas de la de Macron: Una verdadera declaración de guerra contra el capital financiero y sus millonarios accionistas: Reforma de la fiscalidad, reinstauración del impuesto sobre las grandes fortunas (ISF),  lucha contra los paraísos fiscales, imposición de los beneficios de las  multinacionales y de los Gafam, que escapan a una justa distribución de la riqueza mediante «la optimización fiscal», crear un polo bancario publico y rechazar el chantaje del supuesto rembolso de la deuda publica, que agitan como un espantapájaros los dirigentes del banco central europeo, para justificar las políticas de austeridad en todo el continente.

<strong>Macron, Le Pen, Zemmour y Pecresse por el voto de la derecha</strong>
Foto de archivo de Macron y Pecresse

Valerie Pecresse (actualmente presidenta de la región Ile de France) ha resultado ser la ganadora entre los cinco aspirantes de la elección primaria en el partido exgaullista (LR, los republicanos) de la derecha tradicional, El sarkozista Eric Cioti también finalista ha sido eliminado en la segunda vuelta. Valerie Pecresse será en consecuencia la candidata común del LR a la presidencia.

Los militantes de LR, muy divididos entre posiciones ultra derechistas y posiciones más respetuosas de la legalidad republicana. Han optado finalmente con cierta lógica por Valerie Pecresse, más apta para marcar diferencias con respecto a la extrema derecha, permitir la supervivencia del partido y ofrecer una alternativa derechista al desastroso mandato presidencial de Macron, que no será sino un cambio en la continuidad.

Si miran mas de cerca verán que la aparente alternativa Pecresse es un espejismo, y que sus posiciones son idénticas a las de Macron en lo económico, como gran admiradora de Margaret Thatcher y de Angela Merkel. En cuanto a la inmigración y la seguridad sigue el camino de la extrema derecha xenófoba y la que fue ministro de Sarkozy y de Fillon no esconde sus posiciones hostiles al matrimonio homosexual, como buena parte de sus partidarios en el partido LR.

SI a eso añadimos sus anuncios sobre la gestión liberticida de la pandemia, pocas son las diferencias entre Macron y Pecresse, salvo que ella representa a esa vieja guardia LR, apoyos de Sarkozy (expresidente) y de Fillon (exprimer ministro) que busca una revancha para acceder de nuevo al poder frente al fracasado movimiento LREM.

La elección primaria ganada por Valerie Pecresse se ha caracterizado por una especie de subasta publica de medidas centradas en la seguridad, y la amalgama entre delincuencia, terrorismo e inmigración. Un tema desarrollado ampliamente por los dos candidatos neofascistas: Eric Zemour y Marine Le Pen.

La designación de Pecresse como candidata LR a la presidencia prueba sin embargo el fracaso de la estrategia de Macron de dividir y romper al LR, partido que aunque debilitado parece resistir mejor a la erosión política que el propio y fantasmagórico movimiento macronista LREM (La república en marcha).

La propia candidatura del periodista y polemista Zemmour forma parte de esa doble tentativa de dividir tanto al Partido LR como al Frente nacional de Le Pen, tentativa que a juzgar por los omnipresentes comentaristas oficiales parece estar fracasando.

En el confuso e hipócrita panorama de una elección presidencial lanzada extraoficialmente al galope por un presidente de la república candidato aun «no declarado» a su propia sucesión, la derecha y la extrema derecha francesa presentan en consecuencia cuatro candidatos importantes: el propio Macron, presidente de los ultra ricos y de la finanza internacional, Valerie Pecresse con un programa neoliberal idéntico al de Macron en todos los ámbitos, Eric Zemmour y Marine Le Pen, quienes defienden también con uñas y dientes la quinta república presidencialista, con posiciones económicas derechistas y con amenazas xenófobas y racistas contra la inmigración, los extranjeros y en particular la comunidad musulmana.

Mientras el poderoso grupo de prensa Bolloré ha apostado por sostener la candidatura del ultraderechista Eric Zemmour, con apoyos financieros millonarios, pero sin ninguna estructura partidaria ni militante, el resto de los grandes medios informativos fieles a la corte presidencial siguen apostando sin real convicción por el actual presidente, pero dispuestos a cambiar de favorito conservador o derechista a medida que nos acercamos del momento decisivo de la elección.

Los desplazamientos y declaraciones del candidato Eric Zemmour han provocado numerosas manifestaciones antifascistas, y su campaña apoyada por una prensa millonaria, sin carisma ni programa, está perdiendo intensidad con el paso de los días.

Por su parte Marine Le Pen y su RN (Unión Nacional) ex Frente Nacional que comparte el mismo electorado que Zemmour, se muestra muy discreta, esperando probablemente que ese fabricado globo acabe desinflándose. 

La libertad de la prensa y la libertad de expresión amenazadas

Si nos guiamos por el análisis que Gramsci hacia en su época sobre la necesidad de ganar primero la batalla de las ideas, hay motivos de inquietud muy serios en esta Francia del siglo veintiuno, en donde hemos asistido en estos últimos años a una derechización y banalización de las ideas xenófobas en el debate publico.

Las ideas racistas de Le Pen (padre) otrora minoritarias y fuera de la ley en la Francia republicana, han ido ganando terreno, no solo en las fuerzas políticas tradicionales: LR, LREM y Partido Socialista, sino también y sobre todo en los grandes medios informativos. Unos y otros han repetido hasta el hartazgo aquella lamentable frase de Michel Rocard: «Francia no puede acoger toda la miseria del mundo», que sirve hoy de pretexto a todas las políticas xenófobas contra los flujos migratorios.

La concentración en manos de un puñado de ultra millonarios de los grandes medios informativos, prensa escrita y audiovisual, han provocado aquí un panorama desolador en la limitación de la libertad de expresión periodística, relegada hoy en buena parte a los medios informativos independientes que sobreviven en internet.

Esta deriva de la quinta república y su ofensiva para controlar y amordazar la libertad de la prensa, empezó ya con Sarkozy y ha continuado con Hollande y Macron, provocando verdaderas hemorragias en las redacciones desde el servicio publico audiovisual, Radio France y France televisión, las radios privadas como Europe 1 o RTL, o el conjunto de la prensa escrita…

La derechización de la línea editorial, y de la opción de los temas tratados en la información en los grandes medios informativos alcanza limites obscenos y antidemocráticos. La gran misa informativa televisiva de las ocho de la noche en las cadenas publicas y privadas se ha convertido en un ejercicio de desinformación, con omnipresencia de sucesos, de esos que antes trataban periódicos como «Detective» en Francia, o «el Caso» en España. Todo lo que resulte espectacular y emocionante, aunque sea inexacto, tiene cabida en ese ejercicio en detrimento de la información y de la investigación periodística, tanto en lo nacional como internacional.

La llegada de Cnews en el panorama audiovisual, y de las cadenas de desinformación continua, con sus editorialistas ultraderechistas, es una evidente tentativa de «americanizar» los medios informativos en Francia, a la manera de Fox news en los Estados unidos, sin respeto alguno de la deontología de la profesión periodística y de las reglas democráticas de un estado de derecho.

Numerosos son los periodistas franceses que han emigrado a Internet para poder continuar su trabajo sin someterse al poder financiero y publicitario que impone la línea editorial y censura la información.

Julio Feo Zarandieta es periodista profesional en Francia desde 1976. Miembro del Sindicato Francés de la crítica de cine y de FIPRESCI, ha cubierto desde 1979 sin interrupción los festivales de Cannes y de San Sebastián, así como otros festivales internacionales. En San Sebastián presenta desde 2008, los Desayunos horizontes en la sección Horizontes Latinos.

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