Esclavos del campo en Écija: inmigrantes trabajando en condiciones «infrahumanas»

Según la investigación policial, las víctimas trabajaban durante jornadas abusivas en labores agrícolas, bajo amenazas, sin descanso y sin derecho a alimentarse durante el tiempo efectivo de trabajo.

 

Sábado, 23 de octubre de 2021. Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización dedicada a la explotación laboral de inmigrantes en los campos de la localidad sevillana de Écija. La operación ha concluido con la liberación de treinta víctimas y con la detención de cuatro personas a las que se les atribuyen delitos contra los derechos de los trabajadores, pertenencia a organización criminal, falsedad documental y estafa.

La investigación comenzó a raíz de una denuncia en la que se narraba un posible delito contra los derechos de los trabajadores. En concreto, la víctima manifestó a los agentes que durante tres años había estado trabajando en el campo en condiciones «infrahumanas», hasta que sufrió un accidente laboral al pasarle por encima del pie la rueda de un tractor que le provocó graves lesiones.

El herido necesitó ser ingresado en un hospital, pero, para ocultar todo este entramado criminal, fue obligado mediante amenazas a hacerse pasar por otra persona en situación regular, aportando una documentación que no era la suya.

Durante el desarrollo de la operación, los agentes del Grupo II de la UCRIF consiguieron identificar a los principales responsables de los hechos denunciados: una organización criminal compuesta por cuatro personas, dedicadas, de manera organizada y jerarquizada, a captar y controlar a personas en situación desfavorecida para su explotación en labores agrícolas.

Las víctimas eran ciudadanos extranjeros en situación irregular en España, que habían llegado a Las Palmas (Canarias) en patera. De allí viajaban a Sevilla, sin formación ni recursos, con gran desconocimiento de la legislación vigente y sin apenas relaciones sociales. Posteriormente, eran captados por esta organización criminal en el barrio de la Macarena, un lugar donde se suele ofertar empleo a personas extranjeras sin documentación.

Una vez captados, recibían la cantidad diaria de 46 euros, de los que se les descontaban seis euros en concepto de transporte. Comenzaban la jornada laboral a las 04,00 horas de la madrugada y la finalizaban en función de la producción, normalmente a las 18.00 horas. Durante el tiempo efectivo de trabajo, no podían descansar ni alimentarse.

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