El poemario que José Luis Rúa Nácher, no deja dudas acerca de su tema. Es la pérdida y la muerte. Luego en el título: Estación término. Esta última estación, este definitivo destino, terminal, no es otro que el irremisible final de la vida; y allí el camino se hace, se va haciendo, siempre más y más con la conciencia de este destino a llegar. Por esta razón los versos de José Luis abren con esa conciencia tranquila, con este reconocimiento que la ruta, sea cual sea la elección del camino, inevitablemente desembocará en esa última parada. Ésta es realmente la gran cadena que impregna el trabajo: un reto a la muerte. Reto a veces evidente… reto otras veces menos claro, refiriéndose a otras pérdidas, sólo dejando que se suponga esta mayor pérdida, irreversible, que de hecho el título –Estación Término– nunca permitiría olvidárselo. Un reto, dijo. Pero reto que nunca es, sin embargo, derrota, llanto, mero lamento, queja penosa. No es un lloro triste de un vencido avant la lettre. Es, en cambio, un reto valiente, cara a cara, ojos en los ojos, recordándonos ese otro poema Visitación, del mexicano Alfonso Reyes. Tal vez es porque, por la valentía de enfrentarse a quien sabemos que nos derrotará, de ostentar la mirada desafiante ante toda nuestra reconocida cuotidiana pérdida, sin embargo, no crea consternación, o devastación del alma. Como Héctor frente a Aquiles. Somos conscientes de que al final perderemos; pero eso no significa que se aban- done la lucha. No. En José Luis queda el espacio intacto para que flote y permanezca el amor, esta tercera herida de Miguel Hernández. Porque el amor, lo dijo, es la mayor arma en esta lucha desigual. Y es que en la poesía de Rúa el amor está, actual, completo, pertinente. Pero el poemario se hace también de una visión propia sobre la poesía y sobre cómo ella se entreteje en cuerpos y almas. Hay que leer el poema A poema, que viene del anterior libro A Pedales entre los escombros, escrito en colaboración con Eladio Orta. Y sobre poesía, sobre su misterio y su encanto, sigue siendo, in- cluso cuando el poeta se pregunta sobre su propia escritura. Después de leer, como admite, la poesía de esos grandes autores contemporáneos españoles Orihuela, Uberto o Eladio, el poeta se declara in- capaz de poner orden en sus propias palabras y sus sentidos. Pero los poemas reflejan y abrazan también la crítica social, la aten- ción militante por un mundo mejor y más justo; y siempre la poesía como un vehículo de todo: amor, presagios de muerte, justicia, integridad y carácter, con las mejores palabras, a lo largo de la pista larga que nos llevará a la estación Terminal. Y aun si sabe que el tiempo es poco…aunque sepa que el tiempo es corto, el hombre, el poeta, no baja los brazos. No abandona los ideales y la lucha. Utiliza el verso. Sirvese del poema. Enseña la poesía como arma y bandera. Aquí está una poesía clara, consistente, de profundo sentimiento y expresión, no sólo en el camino de esos poetas que en la misma obra José Luis cita y de quien se reconoce tributario en lectura y escritura, sino también en la ruta de Jesús Barquet Copla por la muerte de mi Patria o Antonio Machado en Coplas Mundanas.
(Editorial Wanceulen)
«Soy de derechas»
Por su parte, el prolífico autor onubense Eladio Orta (Isla Canela, 1957), presenta su ‘Soy de derechas’ (Ed.Amargord, 2017)
Eladio Orta es poeta, pero sobretodo es alguien que practica lo que predica. Su obra no es de alarde estético, aunque la belleza de sus palabras está implícita. Su obra es parte de esta lucha por isla Canela “seis meses de arresto domiciliario / más otra, condena de cuatro / meses de arresto domiciliario / me cayeron una detrás de otra / por defender la dignidad de vivir en el interior de la isla”. Eladio Orta es peligroso como lo es su poesía; no admite la disidencia ni el descrédito, es una persona profundamente enamorada de una forma de ser y vivir que escasea. Su hermanamiento con la naturaleza es coherentemente radical, es un ermitaño accesible y universal.
Sus poemas recorren la geografía íbera de forma torrencial, desde Barcelona a Cádiz, desde Valencia a Portugal… Su voz es el viento que levanta la arena de las dunas, es la caracola que guarda la fuerza del mar en sus adentros. Eladio Orta es el aullido marginal de la injusticia cotidiana innatural. Eladio Orta es el indomable tocapelotas de los codiciosos de riquezas y poder.
El ayamontino nos trae su nuevo poemario, publicado por Amargord en 2017, tras su paso por el encuentro portugués Poesía A Sul, que tendrá lugar en Olhao este fin de semana.
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