Greenpeace compra electricidad limpia para abastecerse en España los próximos 25 años

La ONG pide al Gobierno que deje de boicotear en las negociaciones europeas el derecho de la ciudadanía a generar su propia energía.

Obtener energía limpia, que no emita CO2, y sin depender de las grandes eléctricas es posible. Así lo demuestra Greenpeace con su participación en el primer molino eólico social (de propiedad compartida) del sur de Europa: Vivir del Aire del Cielo.

Greenpeace evidencia de este modo que es posible abastecerse de energía 100 % renovable y considera que este tipo de proyectos son el primer paso para cambiar el modelo energético y que la ciudadanía puede tener el control de su generación eléctrica, tal y como se hace en muchos otros países europeos (1).

La organización ha comprado por adelantado la electricidad que va a necesitar para sus instalaciones en España (oficina y almacén) en los próximos 25 años. Con esta aportación ha contribuido, junto con otras 500 organizaciones y particulares, a hacer realidad este proyecto de participación ciudadana en el desarrollo de energías renovables, promovido por Eolpop y ubicado en el término municipal de Pujalt (Anoia, Barcelona).

Contrato eléctrico pionero y replicable

Se ha establecido un contrato bilateral financiero (2) especialmente diseñado para que la demanda de electricidad de Greenpeace en España esté cubierta de forma horaria por la producción del aerogenerador o, en su defecto, por otra instalación renovable. Este contrato, redactado entre Greenpeace, Eolpop (promotor de Vivir del Aire del Cielo) y mediado por la comercializadora Gesternova (representante del aerogenerador en el mercado eléctrico) está a disposición de cualquier persona o entidad que lo quiera replicar para financiar otro nuevo proyecto comunitario de energías renovables o como vía alternativa para participar en Vivir del Aire del Cielo además de la inversión directa (3).

Con su aportación al molino social, Greenpeace quiere pasar a la acción impulsando un proyecto que pone a las personas, no a las eléctricas, en el centro del sistema energético. Al mismo tiempo, contribuye a generar electricidad limpia suficiente como para abastecer unos 1600 hogares y que hasta ahora se producía con fuentes contaminantes como el carbón, el gas o la energía nuclear. Esto implica una reducción de 1520 toneladas de CO2 al año: equivalente a las emisiones anuales de unos 520 coches.

Greenpeace defiende que es esencial apoyar a las personas que están colaborando para mejorar el mundo creando soluciones reales a problemas ambientales y sociales urgentes con el doble objetivo de expulsar la energía contaminante del sistema eléctrico y de hacer visible que la ciudadanía, de forma individual o colectiva, puede tomar el control de su energía.

Cualquiera puede contribuir a cambiar el sistema energético promoviendo la creación de nueva energía renovable, de una forma bien sencilla: utilizando la compra de la electricidad que consume para financiar nuevas instalaciones renovables. Además, con el contrato suscrito, Greenpeace tiene la certeza de que la electricidad que compra se está produciendo en todo momento y al 100% con generadores renovables concretos.

“La transición energética ya ha empezado y es imparable. Pero para que ocurra lo suficientemente rápido como para salvar el clima deberán sumarse millones de personas produciendo e intercambiando energía limpia”, explica Sara Pizzinato, responsable de la campaña de Energía. “Dejar a la ciudadanía fuera simplemente no es una opción y para ello es necesario que se reconozca que generar, consumir, intercambiar, almacenar o vender energía renovable tanto de forma individual como colectiva es un derecho de la ciudadanía, al contrario de lo que pretende el Gobierno español”.

Greenpeace quiere acelerar la implementación de alternativas efectivas para que la ciudadanía pueda abrazar el cambio y participar en la generación de energía renovable. Para ello, la organización está diseñando un mapa con las iniciativas existentes actualmente (como el molino social), que hará público próximamente.

La organización ecologista pide al Gobierno español que reconozca en las negociaciones de la nueva política energética europea a 2030 el derecho de la ciudadanía a testar nuevos mecanismos democráticos que abran el sector de la energía a todas las personas facilitando que se repliquen proyectos como el aerogenerador comunitario.

El domingo 6 de mayo a partir de las 10h, se celebrará la inauguración del aerogenerador comunitario con participación de las personas y entidades que han apoyado y participado en su consecución desde el año 2009, cuando comenzó su desarrollo.

Notas:

  1. En Dinamarca, Bélgica, Reino Unido, Australia, Francia, Nueva Zelanda y EEUU hay otros casos de aerogeneradores promovidos y financiados por particulares
  2. El contrato se puede descargar aquí. Consiste en una compra por adelantado de la electricidad de la organización estima consumir durante los próximos 25 años en su oficina y almacén en Madrid contribuyendo así al capital necesario para la instalación y mantenimiento del aerogenerador. En lugar de recibir un retorno a cambio de una inversión, Greenpeace recibirá un descuento en su factura de la luz y la garantía de que de forma horaria la electricidad que compra sea producida por el molino o por otra instalación renovable de la cartera de la comercializadora.
  3. Las personas interesadas en el proyecto Vivir del Aire del Cielo o en el mapa que Greenpeace publicará próximamente sobre las iniciativas comunitarias de energía renovable pueden contactar con Greenpeace a través del correo info.es@greenpeace.org

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