La Supercopa de España viaja a Arabia Saudí por dinero

Concentración de RSF y AI ante la embajada de Arabia Saudí en Madrid en octubre de 2019.
por Jesús Cabaleiro Larrán

El presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, ha confirmado lo que se venía sospechando desde hacía meses, que la próxima Supercopa de España se jugará en Yeda, Arabia Saudí del 8 al 12 de enero de 2020.

semifinales supercopa Yeda

Todo por dinero, 30 millones de euros. La mitad de esta cantidad irá dirigida a los cuatro clubes participantes: Real Madrid, FC Barcelona, Atlético de Madrid y Valencia.

La decisión cuenta con la oposición de LaLiga, y no le gusta ni al Gobierno del que formará parte Podemos ni a Amnistía Internacional por las violaciones de derechos humanos que aplica Riad. No se trata solo de la etiqueta ‘#YoEstaSupercopaNoLaVeo’, ya hay encuestas digitales en varios medios que cifran en un 86 por ciento los aficionados españoles disconformes con esta medida.

Se ignora si la visita incluirá la visión de alguna ejecución pública en el reino wahabí como las 37 ocurridas el pasado abril ya que Arabia Saudí es el país que tiene una tasa de ejecuciones de las más altas del mundo.

Hay que recordar además la persecución a la prensa con el asesinato y descuartizamiento de Jamal Khashoggi en el Consulado saudí de Estambul. La sección española de Reporteros sin Fronteras y Amnistía Internacional se manifestaron al respecto el pasado octubre ante la embajada del reino wahabí en Madrid.

“El asesinato de Khashoggi se produjo en un contexto de represión que no solo no ha cesado en el último año, sino que se ha incrementado”, declaró entonces la directora adjunta de Amnistía Internacional en España, Eva Suárez-Llanos: “Hay decenas de personas encarceladas por el mero hecho de haber expresado libremente sus opiniones”.

Con treinta periodistas presos actualmente, ocupa el puesto 172 de 180 países en la Clasificación mundial de la Libertad de Prensa de RSF, siendo uno de los peores lugares del mundo para la información libre.

Hay que recordar asimismo la práctica de la tortura a los detenidos, la falta de juicios justos para activistas por la democracia o su participación en la guerra de Yemen.

Vista la decisión, se supone que la Federación Española de Fútbol y su presidente, que justifica esta elección, debería solicitar explicaciones al Consejo Superior de Deportes que tuvo la osadía de dar un galardón a la ajedrecista grancanaria Sabrina Vega en marzo de este año 2019 por negarse a cumplir las normas rigoristas del reino wahabí durante el torneo Rey Salmán de partidas rápidas y relámpago celebrado en diciembre de 2017 en la capital saudí.

Se le concedió el Premio Reina Sofía al juego limpio que valora un gesto relevante de nobleza en la práctica deportiva o prestar una contribución especial a la erradicación de la violencia en el deporte.

Entonces Vega declaró: “Tuve que reflexionar mucho para tomar la decisión, pero volvería a repetir lo que hice porque al final la base de todo es respetar unos valores que no conciliaban con aquella sede saudí”.

Rubiales se justifica porque se logra “algo histórico”, nada menos que las mujeres saudíes vayan a los estadios en las mismas condiciones que los hombres para ver esos partidos de equipos españoles. Como si todo se redujera a que las mujeres vean un partido de fútbol.

La penetración de caudales en el fútbol español provenientes de los regímenes feudales del Golfo se puede observar por la penetración saudí tras la compra del Almería y la pasada presencia de nueve jugadores saudíes en la liga española a cambio de dinero. En concreto, siete clubes recibieron cinco millones por tenerlos en plantilla seis meses.

El fútbol y el deporte en general es el nuevo campo de batalla entre Arabia Saudí y Catar. Si los primeros compraron la Supercopa española e italiana, el Dakar 2020 y el mundial de ajedrez en 2017, los cataríes ya habían comprado antes el Mundial de Futbol 2022, el de Atletismo 2019 y el de Balonmano 2015 entre otros. Es la lucha de la que se aprovechan muchos para llenarse los bolsillos. Todo lo puede el dinero, luego se justifica del modo que sea.

Además, Catar, tras anunciarse con el Barcelona y adueñarse del Málaga y el PSG francés, es propietaria de la Cultural y Deportiva Leonesa cuyo patrocinio se alarga hasta 2023 y quiere comprar al histórico Leeds United inglés.

Pero no es solo el fútbol, un importante grupo mediático español recibe un gran flujo de dinero de Catar lo que provoca convenios para que un diario deportivo de dicha empresa publique en árabe en alianza con los medios al servicio de la familia catarí dueña del país, los Al Thani.

Hay publirreportajes donde no se pregunta, solo se hacen panegíricos haciendo loas a un régimen que figura en los últimos puestos de las listas de Derechos Humanos. Pero por supuesto la culpa es de los saudíes, ya lo sabemos, ya que Catar no tiene imanes wahabíes, no hay represión y las mujeres viven en un auténtico paraíso. Todo el mundo es feliz como dice el exjugador y hoy entrenador en Doha, Xavi Hernández.

Ni una pregunta sobre la ausencia de algo tan básico como unas elecciones, falta de partidos o sindicatos o de una simple asociación de vecinos, o por qué no acogen ni a un solo refugiado de los países árabes como Libia o Siria, olvido sobre los españoles que perdieron a sus hijos en una guardería por no existir una triste salida de incendios en un centro comercial, propiedad, qué casualidad, de un Al Thani, o la cárcel que sufrió un poeta catarí por escribir un poema a favor de la primavera árabe, un gran delito, sin duda.

Ya lo decía Quevedo, poderoso caballero…..

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