La UE responden a la crisis migratoria en la frontera griega con dinero, vehículos policiales y efectivos para impedir que los refugiados pisen suelo europeo

Los Veintisiete no han sido capaces todavía de construir una política de asilo y migración común.

La Unión Europea expresaba este martes su apoyo a las medidas adoptadas por Grecia para reforzar el control de la frontera y luchar contra la entrada de refugiados de Turquía. Todo un gran despliegue para no tener que preocuparse por quienes necesitan ayuda urgente. 700 millones que no se invierten en ayudar a refugiados, con menores y enfermos, pero sí para detenerlos y que se queden en otro lado.

Los tres presidentes de las instituciones de la UE, Charles Michel, Ursula von der Leyen y David Sassoli, viajaban este martes a la frontera greco-turca y anunciaban allí su apoyo al Gobierno de Atenas con un paquete de ayudas en el que Frontex aportará 100 guardas de frontera, además de un boque costero, seis patrulleras, dos helicópteros, un avión y varios vehículos para patrullar la línea divisoria, y la CE ofrecerá 700 millones de euros de ayuda financiera, la mitad disponible de manera inmediata.

Kyriakos Mitsotakis, primer ministro griego, echó balones fuera y rechazó cualquier crítica a la actuación de las fuerzas fronterizas griegas y acusó al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de vulnerar su pacto migratorio con la UE. Aseguró que han impedido que más de 24.000 personas atravesaran la frontera terrestre y sostiene que Turquía ha animado a los sirios residentes en su territorio a entrar en Grecia prestándoles incluso asistencia logística para llevarlo a cabo.

«Europa no será chantajeada por Turquía con los refugiados», ha proclamado el primer ministro heleno, que acusa a Turquía de utilizar a los refugiados como «instrumentos en un juego geopolítico».

«No cerraremos las puertas en el futuro, y esto continuará«, ha aseverado Erdogan. Erdogan ha especificado que en Turquía se encuentran 3,7 millones de refugiados sirios y otros 4 millones se dirigen a la frontera turco-siria debido a la situación en este país árabe.

El detonante fue la muerte la semana pasada de una treintena de soldados turcos en un bombardeo del régimen de Bashar al Asad en la ciudad de Idlib. Erdogan se queja de la falta de solidaridad de la UE en la guerra de Siria y en la gestión de los 4 millones de refugiados sirios que viven en Turquía.

En octubre pasado, el mandatario recordó que la UE había prometido apoyar a los refugiados sirios que se encuentran en Turquía con 3.300 millones de euros (3.660 millones de dólares), pero «no lo hizo», por lo que Ankara ha tenido gastar «40.000 millones de euros» propios para estos fines.

Los deberes sin hacer

La Unión Europea tiene miedo de que se repita la crisis migratoria como la de 2015, ya que los Veintisiete no han sido capaces todavía de construir una política de asilo y migración común y no están preparados para hacer frente a una nueva avalancha de refugiados.

La organización humanitaria Oxfam ha criticado las medidas adoptadas por el Gobierno griego y el apoyo de la UE. «No hay ninguna justificación para la decisión de la UE y del Gobierno griego de dejar a la gente abandonada en tierra de nadie en sus fronteras sin acceso a comida, alojamiento o atención médica», ha dicho en un comunicado.

«En lugar de apoyar los esfuerzos de Grecia para mantener a la gente atrapada en su frontera exterior, la UE debería recodar sus obligaciones humanitarias y legales de garantizar que estas mujeres, hombres y niños puedan acceder de forma segura a protección», reclama Oxfam.

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