La única receta para salvar la democracia

Por Ramón Triviño.

La primera premisa para conseguir el objetivo enunciado es conseguir la unidad de toda la izquierda.

Sin duda vivimos tiempos convulsos en el actual escenario político que presagian cambios profundos en el sistema democrático de España. Ahora, se antoja necesario realizar un análisis de situación en vísperas de la conmemoración del séptimo aniversario de la revolución que supuso la eclosión del 15-M, aunque otras plumas prestigiosas, como la del periodista Arsenio Escolar, en su artículo “Un balance agridulce del 15-M, siete años después” ya se han ocupado en días precedentes de estudiar la citada efemérides.

Los lectores permitirán que me ponga en el papel que interpretó el genial Paco Martínez Soria en la célebre cinta de José Luis Sáenz de HerediaDon Erre que erre, y siga en el empeño de postular la idea de que la única receta para salvar la democracia, de su lamentable y actual declive, es que se produzcan una serie de hechos que abran la vía para los cambios que la gran mayoría de los ciudadanos vienen demandando.

En caso contrario, la posibilidad de derrotar a la derecha en las próximas elecciones generales se antoja harto complicada. Sé que algunos dirigentes políticos y bastantes más ciudadanos apuestan por esa fórmula. El problema es que en las cúpulas de las fuerzas políticas creen que esa unidad debe producirse a posteriori de los comicios.

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