Lo que hay que saber ante la campaña de gripe en plena pandemia de COVID-19

Shutterstock / Tero Vesalainen
por Adolfo García-Sastre

 

Como cada otoño, a estas alturas la campaña anual de vacunación contra la gripe ya ha comenzado. Este año, sin embargo, es bastante singular al coincidir con la pandemia de COVID-19. ¿En qué cambia esto la necesidad de vacunación?

Ya de por sí la gripe es una enfermedad infecciosa respiratoria bastante compleja, dado que puede ser causada por cuatro cepas de virus de la gripe antigénicamente distintas. Para colmo, esas cepas cambian cada pocos años de una manera impredecible.

Esos virus de la gripe se parecen en su biología al SARS-CoV-2, porque se transmiten por las vías respiratorias y pueden dar lugar a un amplio espectro de sintomatologías, desde infecciones asintomáticas, pasando por catarros más o menos severos, hasta neumonías que requieren hospitalización. Un proceso gripal puede, incluso, acabar en la muerte del paciente. Como la COVID-19, los grupos con más riesgo a sufrir enfermedad severa son las personas mayores y los pacientes con condiciones clínicas previas, como problemas cardiovasculares, diabetes, obesidad, etc.

Eso explica por qué cada año durante la temporada de gripe, que normalmente tiene su pico en febrero, mueren bastantes personas por la infección viral o por complicaciones clínicas que sobrevienen a la gripe. A diferencia de la COVID-19, la cantidad de hospitalizaciones y fallecimientos por gripe no llega a ser tan grande como para provocar una crisis del sector hospitalario. Pero no por ello resulta menos trágico para las familias que pierden un ser querido. De ahí que se recomiende la vacunación anual contra la gripe.

Una vacuna imperfecta que salva vidas

Las vacunas de gripe no son perfectas, eso es indiscutible. Pero incluso en años en que su efectividad es solo del 20%, no dejan de salvar un porcentaje de vidas humanas importante entre aquellos que se vacunan. En España, por ejemplo, se calcula que la vacunación en la temporada 2019-2020 evitó el 26% de las hospitalizaciones, el 40% de los ingresos en UCI y el 37% de las defunciones atribuibles a la gripe en los mayores de 65 años.

Uno de los problemas de estas vacunas es que no siempre reflejan los virus de la gripe que circulan en ese momento. No hay que obviar la enorme capacidad de estos virus para variar año tras año sus antígenos de superficie. Esta característica peculiar –que esperamos que no sea una característica común con el SARS-CoV-2– obliga a actualizar la vacuna cada año.

Con todo y con eso, la vacunación contra la gripe salva vidas, y esa es ya una razón suficiente para vacunarse todos los años. Pero en estos tiempos de COVID-19 la vacunación contra la gripe es todavía más importante. Para empezar porque ayuda a disminuir los casos de gripe de este invierno que se nos echa encima.

Aunque es verdad que las medidas de contención usadas para reducir los contagios con SARS-CoV-2 –uso de mascarillas, el distanciamiento social y evitar las reuniones de grupos grandes en sitios cerrados– van a disminuir de manera importante la transmisión del virus de la gripe, la vacunación contra gripe contribuirá a reducirlos aún más. Y lo hará de manera proporcional: cuanta más gente se vacune, menos casos de gripe habrá.

Eso es fundamental, dado que los casos de gripe pueden ponérselo a los sanitarios más difícil a la hora de diagnosticar y trazar contactos de los casos de COVID-19. Después de todo, la sintomatología inicial de ambas enfermedades es muy parecida, y se necesitaría aumentar aún más nuestra capacidad de diagnóstico para excluir como infectados con SARS-CoV-2 los pacientes con síntomas que padecen gripe.

A estas dificultades se añade que, este invierno, los casos de gripe que requieran hospitalización se sumarán a los de COVID-19. Y eso aumenta el riesgo de que los hospitales acaben saturados y no dispongan de los recursos necesarios para tratar a todos los pacientes que lo necesiten, como ya pasó durante la primera oleada de COVID-19.

En conclusión, cuanta más gente se vacune contra la gripe en 2020-2021, más probabilidades tendremos de mitigar los problemas que causa la pandemia de COVID-19.


Adolfo García-Sastre, Professor of Microbiology, Icahn School of Medicine at Mount Sinai
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