Mujer y poeta

por Mari Ángeles Solís del Río


A veces, la realidad se forja en mundos paralelos que nunca llegamos a entender. Porque el entendimiento pasa por el conocimiento y la comprensión. El ser mujer lleva consigo, aún en nuestra sociedad una serie de limitaciones que nos impiden demostrar nuestras capacidades e incluso expresar nuestra creatividad.

Sería un discurso demasiado extenso el defender por qué hay menos mujeres es puestos de responsabilidad o por qué igualmente no existe visibilidad alguna en distintos ámbitos de la sociedad. Por ello, voy a centrarme en algo más puntual, que no por ser tratado de menor relevancia, es menos importante. Me refiero al papel de la mujer en el arte y, más expresamente, al papel de la mujer en la poesía.

Siendo una forma de transmitir, tan subjetiva, puesto que todo el que escribe poesía deja una parte de su alma entre renglón y renglón de cada verso; podemos descubrir a magníficas mujeres que, además de hacer de, su vida, su obra, también nos han hecho llegar su inmensa queja por el profundo sentimiento de pequeñez que “el ser mujer” se ha escondido en la sociedad desde hace demasiado tiempo. Fue en un momento dado, en el que las mujeres quisieron dejar de ser las “musas” para convertirse en el sujeto que, en primera persona amaba, deseaba y odiaba, empezaron a convertirse en las protagonistas de su propia vida y eran ellas las que, como con una bocanada de aire fresco, lanzaban palabras ardientes o amorosas, dejando de ser ellas el objeto del deseo, era su voz en forma de poesía la que lanzaba ese deseo.

Voy a hablar de tres mujeres, tres mujeres que lanzaron su queja al viento en forma de cometa y, para alguna de ellas, quedó acribillada a tiros… o flotando sobre el mar…

La primera de ellas es Delmira Agustini. Fue una de las pocas mujeres poetas de su época y de gran relevancia en el Modernismo. Uruguaya y elogiada por Rubén Darío.

Cierto día escribieron en los diarios uruguayos, junto con el cuerpo desnudo, tendido sobre la cama, abatida por los tiros de un revólver, su cuerpo desnudo, como sus poemas… el siguiente texto “En esta pieza de alquiler fue citada por el hombre que había sido su marido; y queriendo tenerla, queriendo quedársela, él la amó y la mató, matándose él después”. Un dramatismo que nos hace temblar, un dramatismo y una triste realidad de la violencia de género.

Delmira escribió versos como estos:

Mis amores.

Hoy han vuelto.

Por todos los senderos de la noche han venido

a llorar en mi lecho.       

¡Fueron tantos, son tantos!

Yo no sé cuáles viven, yo no sé cuál se ha muerto.

Me llorare yo misma para llorarlos todos.

La noche bebe el llanto como un pañuelo negro”.

Otra de esas mujeres es Alfonsina Storni. Ejerció de maestra, escribió poesía, teatro y prosa de corte claramente feminista, de gran originalidad según la crítica de la época. Prosa feminista con la cuál  llegó a cambiar el sentido de las letras latinoamericanas.

Se suicidó en el Mar de Plata, arrojándose de la escalera del Club Argentino de Mujeres. Consideraba el suicidio como una elección que le concedía el libre albedrío  y lo expresó en un poema dedicado a su amante y amigo Horacio Quiroga, que también acabó suicidándose.

Alfonsina escribió:

Tiemblo como las nubes

tiemblan sobre las aguas.

Tiemblo como en los ojos

suelen temblar las lágrimas.

Tiemblo como en las carnes

suele temblar el alma”.

Otra gran mujer, poeta y feminista, de la que no podemos dejar de hablar es Gloria Fuertes. Perteneció al movimiento literario de la Primera generación de posguerra y al movimiento poético denominado “postismo “.

En su poesía defendió la igualdad entre mujeres y hombres, el pacifismo, y la defensa del medio ambiente. Si describimos su poesía es como si enumeráramos el ideario socialdemócrata. Un perfil humano y progresista.

Gloria escribió:

Ni tiro, ni veneno, ni navaja,

Teniendo que tener un amor vivo

Del cielo no me baja la mortaja.

El destino me gana con destreza.

Yo espero a la final de cabeza

mientras lo fácil se ahoga en la tinaja”.

Mujeres, poetas, libres, progresistas, feministas. Futuro y presente de una sociedad igualitaria.