Por un gobierno indígena en Honduras

por Teodoro Rentería Arróyave

Martes, 1 de febrero de 2022. Honduras, una de las naciones más castigadas y explotadas por las oligarquías criollas y extranjeras, ha entrado en una serie de propuestas para un Gobierno de Justicia y Vida para los Pueblos Indígenas, que seguramente llevaría a una etapa de renovación y por ende de progreso, desde luego, si no se vuelve a atravesar el gran capital de la explotación y la ignominia.

Un Documento del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, COPINGH, entregado a los movimientos sociales y a la nueva presidenta, Xiomara Castro, de extracción indígena y popular, atiende a un desafiante contexto hondureño y a la necesidad urgente de un cambio en beneficio de la sociedad que demanda la participación protagónica de todas las personas donde la diversidad de las voces sea escuchada para la construcción de un momento distinto para esa diezmada nación.

Se espera, que esta nueva actitud signifique para el gobierno de Xiomara Castro y posteriores gobiernos, que deben ser tomadas en cuenta las propuestas de los pueblos históricamente ultrajados e invisibilizados.

Ante esto el COPINH propone a las comunidades indígenas, a las organizaciones de los pueblos indígenas y al Gobierno de la presidenta Xiomara Castro los siguientes ocho puntos mínimos y necesidades por áreas para el respeto de los derechos y los territorios de los pueblos indígenas del país.

    1. Reconocimiento por parte del Estado de Honduras a la posesión histórica ancestral de las tierras de las comunidades indígenas
    2. La creación de una mesa de alto nivel conformada por instituciones del Estado de Honduras, Organismos internacionales, las víctimas y el COPINH para la investigación y enjuiciamiento de todos los responsables del asesinato de Berta Cáceres para garantizar justicia, verdad, reparación y garantías de no repetición de crímenes y conexos.
    3. Autonomía y cultura indígena, es decir reconocimiento de las autoridades indígenas y de su autonomía territorial, incluyendo los derechos a la consulta y el consentimiento libres, previos e informados.
    4. La inclusión de una partida presupuestaria del Estado destinada a los pueblos indígenas que garantice la existencia y calidad de vida de las comunidades indígenas enfocadas en el desarrollo económico, la salud y la educación con respeto de las cosmovisiones indígenas.
    5. Creación de una mesa nacional de transparencia y veeduría del manejo de los fondos destinados a los pueblos indígenas con participación de organizaciones legítimas representantes de dichos pueblos y las instituciones estatales responsables.
    6. Una auditoría financiera de todas las instituciones del Estado vinculadas a los Pueblos Indígenas de las últimas tres administraciones presidenciales, que la depuración de las instituciones del Estado vinculadas a los pueblos indígenas, de personas corruptas, racistas y entreguistas de los territorios y derechos de los pueblos indígenas,
    7. Eliminación de concesiones mineras, hidroeléctricas y de explotación forestal en toda la región lenca -grupo étnico mesoamericano-. Y
    8. Protección de los sitios sagrados: ríos, montañas, bosques, quebradas y fuentes de agua, que conllevan: Justicia y Derechos Humanos.

El documento es más amplio, para qué seguir, con que se cumplan estos ocho puntos, Honduras entraría en la dinámica de su progreso en igualdad y Xiomara Castro sería la presidenta del cambio y de la justicia de los pueblos indígenas ancestrales.

Apoyemos a Honduras en su primer gobierno indígena.

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