Tontogramers

Cada uno tenemos nuestra biografía, nuestro grado de sensibilidad y, si me lo permiten, nuestro grado de idiotez. Hasta ahora el cómo era cada cual pasaba desapercibido, pero desde que se inventaron las redes sociales todo el mundo conoce nuestro grado de madurez, de sensibilidad o de nuestra ausencia de ambas.

Hace poco, el museo polaco de Auschwitz-Birkenau pidió a sus visitantes para que se abstengan de hacerse posados y fotos frívolas en un recinto donde se asesinó a un millón de personas.

No sé lo que le pasa por la cabeza a cada uno de los cientos de miles de visitantes anuales que tiene este antiguo campo de concentración nazi. Sólo puedo hablar de lo que particularmente sentí en la única visita que realicé hace ya más de una década y de la que escribí: “Una visita muy dura, por más que conozcamos sobradamente lo que allí ocurrió, recorrer los barracones, entrar en la única cámara de gas que aún sigue en pie, recorrer el pabellón de la muerte, las celdas de castigo o subir al torreón del cercano Birkenau, desde donde controlaban la circulación de los trenes que transportaban a los prisioneros, no debería dejar inmune a nadie”.

Descubro ahora lo equivocado que estaba. Sí que hay gente que visita aquel lugar con la misma indiferencia con la que se visita un lugar pintoresco o un parque temático. Algunos necesitan dejar constancia de su paso por allí caminando, por ejemplo, por las vías por las que circulaban los trenes con deportados a una muerte segura. Parece como si tuviese que inmortalizar su visita subiendo una selfie inmediatamente a sus redes sociales. “Hay lugares mejores para aprender cómo andar sobre una viga que en un lugar que simboliza la deportación de cientos de miles de personas”, lamentan los responsables de Auschwitz a través de su cuenta en Twitter, donde muestran además otros ejemplos de “imágenes frívolas”.

Desgraciadamente Auschwitz es solo un ejemplo. Todos nos hemos encontrado con fotos en redes que chirrían. No sé si posar en estos espacios de Memoria Histórica conseguirá multiplicar las visualizaciones y likes de los cientos de aspirantes a youtubers, twiteros, instagramers y demás tropa, lo que sí tengo claro es que activará la desmemoria, que es el primer paso para que vivamos cómo se repite la historia.

No sé si con estas instantáneas sus protagonistas conseguirán subir en el ranking de los influencers, de lo que no me cabe duda es que disfrutarán de un lugar privilegiado en el “top ten” de los tontogramers.


Javier Polo Brazo

@JavPolo

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