De las elecciones en Madrid

No hemos terminado un proceso electoral y ya estamos inmersos en otro. Si el resuelto afectaba al conjunto del Estado, el actual lo limita por un lado en los más cercano y cotidiano, elecciones municipales y elecciones a las Comunidades Autónomas, y en segundo lugar las elecciones de la posición meta y más etérea que supone el Parlamento europeo. Las elecciones a la Comunidad de Madrid son un buen reclamo para pensar algunos contenidos que son muy interesantes porque permiten analizar y reflexionar para aprender.

En la Comunidad de Madrid existe un lance muy curioso, yo diría que muy desigual y voy a intentar desgranarlo. Vaya por delante que este comentarista es muy consciente que para gobernar se precisan equipos, pero mi actividad como terapeuta grupal me ha enseñado que la coordinación de un grupo es fundamental para conseguir que ese grupo se oriente a la tarea encomendada y no solamente a hacer cosas más o menos ordenadas o lógicas.

El gobierno consiste en poder dirigir una sociedad y que esa sociedad tenga perspectivas de ser más justa y equitativa para todos sus integrantes, evitando que las diferencias y las injusticias la hagan un marco insufrible para ciertos sectores. Al Presidente o Presidenta de la Comunidad se le va a exigir un grado de comprensión y sensibilidad hacia esos sectores donde la injusticia se ceba en ellos y les mete en un bucle infernal, salvo que existan acciones públicas, denominadas políticas públicas, que hagan por rescatarles y ponerles de nuevo en el circuito social activo.

Comprensión y sensibilidad o, si quieren vds, sensibilidad y comprensión, son dos requisitos para conseguir un funcionamiento real de una inteligencia razonable, tanto formal como, sobre todo, emocional. Se necesita capacidad de análisis, saber entresacar las razones más estructurales de los componentes de los que se disponen, se debe saber priorizar las diversas acciones o políticas a desarrollar y hacerlo de una forma contextualizada con empatía y sensatez.

Coordinar un grupo complejo precisa de experiencias diversas consolidadas y amplitud intelectual y cultural demostradas, lo que supone integrar los propios límites pues sin ello es muy difícil comprender los límites de los demás.

El líder-coordinador sabe escuchar, no solamente oir, y luego actuar con seguridad y firmeza, nunca con rigidez, de tal suerte que se consiga ser reconocido como autoridad, la famosa “autoritas” de los clásicos, porque si no se actúa con autoridad se cae en el autoritarismo puro y duro. Saber coordinar supone poder configurar equipos de trabajo en las áreas que se precisen, lo que no es tarea fácil, requiriendo experiencia y sutileza para reconocer al que se elige y respetar al que se descarta.

Asumir este liderazgo político supone saber criticar lo hecho para superarlo, pero hacerlo sin humillar, es decir sobrepasarlo por la razón en forma de razonamientos y razones, donde no cabe el insulto fácil ni la descalificación.

Con estas premisas invito a pensar un análisis inicial sereno de las características de los candidatos y candidatas a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, no de los programas, sino de los cabeza de lista que, al fin y a la postre, serán los que dirijan la Comunidad y establezcan las prioridades decisivas. Nadie se acerca para comparar a los cabezas de lista, da una especie de pudor o temor, con “mis trienios” lo puedo hacer sin miedo alguno.

Lo primero en señalar es que la fragmentación del grupo de Podemos debilita dos posibilidades: la suya propia como opción y, por ende la del conjunto de la izquierda, bastando recordar lo que aconteció en las elecciones precedentes entre Podemos e Izquierda Unida por unos muy pocos votos. En cuanto a la fragmentación de la derecha no es para tanto, pues sus votos suman seguro desde el minuto 1.

A lo dicho con anterioridad habría que ponerle algunos condicionantes en el pensamiento razonable y razonado de los componentes básicos de los cabezas de lista.

En Más Madrid existe un candidato con más voluntarismo y capacidades no desarrolladas que en cualquiera de las otras candidaturas. Íñigo es una persona formada, con buena capacidad dialéctica, con el que se podría llegar a negociar y a consensos, pero ese condicional implica que hay que llevarlo a la práctica, pero en su candidatura hay personas válidas y competentes pero con escasa experiencia gestora. Habrá que esperar y ver el desarrollo de los acontecimientos y del número que finalmente puedan obtener. Se puede quedar en la eterna espera del mirlo blanco, con demasiados pero…

Unidas Podemos presenta a Isabel Serra, una gran peleona forjada en mil batallas políticas con tesón y empuje, personalmente no me disgusta. Hay que reconocer que la experiencia gestora es inexistente y que tiene un gran hándicap: cierta rigidez en sus posicionamientos que dificulta la llegada a acuerdos, al menos inicialmente. De nuevo hay que esperar porque el impacto de la escisión de su formación tendrá consecuencias incalculables, al menos por el momento. Una promesa que debe madurar y, quizá, esperar sin prisa para recoger frutos.

En el partido con nombre de diccionario tiene a una mujer dura, rocosa, fría y con una rigidez mental de similar calibre a la rigidez que emana de su tono muscular. Es un partido que preocupa y me preocupa. Va a entrar con relativa fortaleza, no me gustaría que fuera decisivo. No es fiable para la democracia.

De Ciudadanos su líder en Madrid, tenemos datos y  no ha estado muy claro: votaba algunas opciones de progreso, pero luego, a la hora de la verdad, en los presupuestos: consolidaba al pp, es más en toda votación comprometida votaba junto al pp. Ahora amaga con un cordón sanitario al PSOE en Madrid y saca la opción Estatal. Es un líder joven, sin mucha enjundia y aprisionado por las proclamas de sus jefes que él repite miméticamente en Madrid. Diría que “le falta un hervor”.

De la cabeza de lista del pp se podrían decir muchas cosas, voy a sintetizarlo en: inconsistente. Su simpleza nos hace dudar si es simple estupidez momentánea o resulta ser algo más duradero. Cada día un titular  más insulso y más mete-pata. Da igual el tema, sea sobre el feminismo, sobre los atascos de la circulación, sobre las elecciones, sobre economía, sobre el resto de los partidos políticos, sobre lo que sea…su opinión es simple sin sustancia. Miedo me da que pueda acceder a ser Presidenta de la Comunidad, los ciudadanos y ciudadanas de Madrid íbamos a tener un problema de dignidad ante los demás, íbamos a pasar momentos de apuro y vergüenza ajena en más de una ocasión o, lo que es peor, con bastante asiduidad. La verdad: no quiero ni hacerme a la idea.

El cabeza de lista del PSOE está a mucha distancia de todos y todas las anteriores en edad, dignidad y gobierno. Es una persona formada y sólida mental e intelectualmente, además es muy educado en los aspectos formales, lo que es de agradecer frente a tanto vociferante de mercadillo. No solo tiene inteligencia, sino que es irónico y mordaz, cuando debe serlo. No es muy dado a chascarrillos y utiliza argumentos con fundamento. Su discurso se dirige a la mente y al corazón de la gente, no va a las tripas. Ha sido Rector de una de las mejores Universidades de España y cuando fue Ministro de Educación solo el oportunismo político del pp evitó firmar una Ley de Educación consensuada y que las elecciones echaron al traste por el cortoplacismo del pp. La altura ética e intelectual, la experiencia y el saber estar de Ángel le hacen ser un gran candidato, si se analiza fríamente tanto lo que dice y el cómo lo dice tiene solidez. Sensible a las injusticias y las desigualdades, no hay participación pública que no lo nombre con respeto y dignidad, se nota que es un valor y no una fórmula. Indudablemente el mejor y más íntegro y honesto candidato para la Comunidad de Madrid.

Pues estos son los cabezas de cartel en estas elecciones para la Comunidad de Madrid, en resumen están en tres grupos: el grupo de cabeza es Ángel Gabilondo que saca muchos cuerpos de distancia, pero muchos cuerpos de distancia al segundo que le atisba solamente en el trazo y en la sombra, también solamente es una unidad: Íñigo Errejón, que sería un quiero y no puedo. Luego ya el pelotón, todos los demás que están, sin más. Otra cosa será lo que voten los madrileños y madrileñas, pero los valores reales, creo que de forma objetiva, son los expuestos con anterioridad.

Dice Ignacio Escolar que “a los que creen que todos los partidos son iguales: no es verdad. A los que piensan que da lo mismo quien gobierne: no da igual. A los que opinan que no será para tanto ¡ojalá! Porque lo imposible ya ha pasado muchas veces”. Hasta viendo los perfiles expuestos, no es verdad que sean iguales. Queda nuestra decisión, la mía está tomada, por mera coherencia, hacia la dignidad, la ética y la formación sólida y consolidada de uno de los candidatos.

Lo dicho está sobre el papel, esperemos que no se corra la tinta de tanto usarla…


José Luis Pedreira Massa, colaborador de La Mar de Onuba, es psiquiatra y psicoterapeuta de infancia y adolescencia. Prof. de Psicopatología, Grado de Criminología (UNED)

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