“En este momento la situación es de normalidad. Se ha extinguido el incendio durante la madrugada, en muy pocas horas, y ha afectado a ocho chabolas. Ha sido pequeña la extensión, pero, lamentablemente, con consecuencias tan tristes como el fallecimiento de una persona. En este momento, la situación es de normalidad».
Martes, 17 de diciembre de 2019. La descripción de la situación de “normalidad” tras el incendio que ha acabado con la vida de un joven trabajador de 23 años, herido de gravedad a una mujer de 43, de levedad a otras dos personas de género y edad no concretadas, y dejado sin hogar a otras 16, a las que Cruz Roja Huelva buscaba alojamiento a esa misma hora, la ofrecía el Viceconsejero de Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, en unas declaraciones a los periodistas improvisadas en Huelva, donde participó ayer en la Jornada Provincial del Voluntariado de Protección Civil.
Sanz, que expresó “nuestro pesar y sentimientos hacia los familiares de la persona, en torno a los 24 años de edad que ha fallecido calcinado como consecuencia de este incendio”, confirmaba así en torno al mediodía de ayer la muerte del joven trabajador de origen marroquí, y que “hay una persona herida traslada al hospital”, a la que el Viceconsejero deseó una pronta mejoría.
“No se puede vincular que por la propia existencia de esos asentamientos vayan ocurrir las cosas, ¿no?”
Sanz no tuvo ayer uno de sus mejores días. La muerte de un joven trabajador no lo es para ningún gobierno. Las implicaciones entre la creciente industria agrícola de los frutos rojos onubenses (cuya poco atractiva oferta laboral para los trabajadores españoles obliga a «importar» cada año miles de extracomunitarios dispuestos a recoger berries onubenses por un salario inferior al SMI) y la ausencia de infraestructura social y urbana para dar cobijo a esa ingente mano de obra en la provincia de Huelva, debieron planear por la cabeza del número dos del Consejero Elías Bendodo a la hora de abordar la realidad de los asentamientos de jornaleros sin hogar.
Sólo ello explica que, motu proprio y para referirse a ellos, Sanz dijera que «estamos ante una situación donde siempre tenemos que advertir que, desde luego, Huelva es ejemplo de integración y de contar con personas que desarrollan una labor en el campo importante. Estos hechos son una pena desde el punto de vista de las consecuencias, pero, lógicamente, son muchas las personas que trabajan en el campo. Personas que trabajan en torno a los frutos rojos, la recolección… Estamos a punto de empezar la campaña y hay que desear que todo vaya bien, porque siempre Huelva es ejemplo de integración y de buena organización en torno a todo lo que representa la temporada de frutos rojos”.
El viceconsejero venía a admitir lo que las ONG que forman parte de la denominada Mesa de la Integración vienen denunciando desde hace años. Que la provincia de Huelva, referente en el sector agrario que logra insertar laboralmente a centenares de personas extranjeras, se enfrenta de cara con la extrema dificultad para muchas de esas personas a la hora de encontrar una vivienda digna. La dilatación de las campañas, la escasez de viviendas de alquiler, la reticencia de los onubenses a alquilar a personas de diferentes orígenes, la ausencia de alojamiento ofrecido por el empresariado para los contratados en Huelva y la inexistencia de dispositivos de acogida, son las principales causas por las cuales los trabajadores foráneos recurren a los asentamientos de infraviviendas como lugar para vivir.
«La mera existencia de asentamientos en condiciones indignas (sin luz, sin agua, sin saneamientos, inseguros etc.) en los que malviven, durante distintos períodos de tiempo, los/las temporeros/as del campo ya debería ser de por sí alarmante», advertía en febrero del pasado año la Mesa. «Sin embargo, la situación es mucho peor cuando tenemos en cuenta la cronificación de dichos asentamientos a la que estamos asistiendo desde hace años. Es decir, ya no podemos hablar de personas que sólo viven en los asentamientos durante determinadas épocas del año, sino de personas que viven permanentemente en ellos, fenómeno que entra dentro del llamado sinhogarismo».
En este sentido, tras el luctuoso incendio de ayer sábado, el Viceconsejero Sanz manifestó que “siempre se hace un esfuerzo por mejorar”, y resaltó “el papel de los ayuntamientos en este sentido, ya que hacen un esfuerzo de integración y de ofrecer los mejores medios. También las organizaciones empresariales”, añadía el viceconsejero, para quien, “lógicamente, estos hechos pueden ocurrir y habrá que ver también cuáles son las circunstancias que han motivado este incendio. Pero yo creo que no cabe sacar conclusiones. Puede producirse por otros hechos, por otras circunstancias. No sabemos cómo arranca el incendio, ni cuáles son los motivos”. Sanz concluyó asegurando que “no se puede vincular que por la propia existencia de esos asentamientos vayan a ocurrir las cosas, ¿no? Yo creo que no podemos precipitar acontecimientos”.
Advertido por un periodista de que “seguimos hablando del problema de los asentamientos a las puertas una nueva campaña de recolecta de frutos rojos”, el segundo de a bordo de la Consejería de Presidencia sostuvo que “todos tenemos que hacer un esfuerzo, y que, evidentemente, se corrigen situaciones porque, desde luego, tenemos que buscar que esta integración y esa incorporación como mano de obra a las producciones agrarias de la provincia de Huelva tan importantes y que acogen a tantas personas se hagan en las mejores condiciones”. Sanz aseguró que “hacemos muchos esfuerzos las Administraciones, las Organizaciones No Gubernamentales, que hacen una gran labor también de integración, de ayuda también de idioma, de integración social… Las propias organizaciones empresariales…”.
El pasado año, con motivo de la presentación de su informe, las entidades que forman la Mesa de la Integración de Huelva plantearon diversas propuestas para abordar el problema del sinhogarismo. Entre ellas, además de reclamar «que exista una implicación real de las Administraciones locales, provinciales, regionales y nacionales en la búsqueda de soluciones efectivas, duraderas e integrales», o la «creación tanto de una mesa intersectorial en el que participen todos los agentes implicados», o «un plan holístico que haga frente a las dificultades de las personas que se encuentran en los asentamientos», los firmantes del estudio pedían «reforzar y establecer cauces para garantizar que se cumplan los derechos de acceso a la atención sanitaria, a la inserción laboral, a un alojamiento digno y derecho de disfrutar de un servicio de orientación jurídica, así como, garantizar el empadronamiento de todas las personas en el sitio donde residen». También pedían alternativas «como la creación de albergues o de módulos prefabricados, que faciliten el alojamiento de los temporeros». crear oficinas de mediación para el alquiler, o medidas específicas en cuanto a menores y mujeres que se encuentran en asentamientos chabolistas, y programas específicos que aborden de manera integral, la problemática que presentan estos perfiles, si cabe, más vulnerables.
En estas semanas ya pueden apreciarse en los asentamientos de la provincia movimientos propios de cuando se acercan los meses de recolecta de frutos rojos. Este año, además, con el desconcierto añadido que supone para los temporeros la demolición y vallado, tras otro incendio, del asentamiento de la urba en Lepe, hasta el pasado mes de octubre el más grande de la provincia, donde llegaban a convivir más de mil personas cada temporada de recolecta. Poco ha cambiado, centenares de trabajadores siguen llegando en busca de una oportunidad laboral. Muchos repiten. El joven marroquí llegado ayer apenas llevaba un mes en España.
El Viceconsejero Sanz pidió que todas las Administraciones trabajen coordinadas «para evitar que se produzcan situaciones donde no se reúnan condiciones dignas y adecuadas para vivir”. No dijo cómo, ni anunció ninguna medida concreta. Sí matizó que, “lógicamente, tiene que ser una estrategia coordinada, un acción que cada vez tiene implicado más a todo el mundo, y yo creo que, lógicamente, trabajamos para evitar hechos como este».
Sanz finalizó su valoración a los medios insistiendo en su premisa inicial: «No cabe precipitarse y vincularlo en sí [la muerte del joven trabajador marroquí] a la existencia de estos asentamientos, sino que puede haber ocurrido por otras circunstancias. No cabe sacar conclusiones precipitadas”, sentenció el Viceconsejero.
Audio de las declaraciones de Antonio Sanz:
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