Elecciones en Suecia: gana el bloque de la derecha y asciende la ultraderecha

Banderas de Suecia y la Unión Europea ondean en el exterior del Riksdag, la cámara legislativa sueca. Esveriges Riksdag / Melker Dahlstrand
por Mª José Vicente

 

Lunes, 12 de septiembre de 2022. La polarización política que viven los sistemas de partidos en Europa afecta también a Suecia. De los 349 escaños del parlamento sueco, el llamado “bloque rojiverde” (el bloque conformado por los partidos de cuño progresista) obtiene 173 escaños frente a los 176 del bloque La Alianza (bloque conservador).

Los resultados definitivos de las elecciones generales en Suecia celebradas el domingo 11 de septiembre se han terminado de contabilizar el miércoles 14, con el voto exterior y el voto por correo. Según su Constitución, las elecciones regionales y municipales también se celebran el mismo día que las elecciones generales.

La subida de los socialdemócratas en 2,1 puntos con respecto a las pasadas elecciones de 2018, con un 30,4 % de los votos y 107 escaños, le hace el ganador indudable de las elecciones en votos y en escaños, consiguiendo además la mayoría de los condados (regiones) y de los municipios del país, logrando el mejor resultado del partido en 20 años.

Pero esta victoria socialdemócrata se muestra insuficiente para afianzar el terreno de su bloque, dada la irrupción de la extrema derecha como segundo partido más votado. 176 escaños para la derecha y la extrema derecha frente a los 173 aglutinados en torno a la socialdemócrata Magdalena Andersson hacen visible un cambio en la orientación del gobierno sueco para los próximos cuatro años, lo que ha llevado en la tarde del miércoles a la dimisión de la primera ministra.

El sistema electoral sueco

La distribución de escaños en las elecciones suecas se calcula utilizando el llamado método de número impar suavizado.

Los principales partidos suecos:

    • El Partido Socialdemócrata (Socialdemokraterna-S): fundado en 1889, es el partido más antiguo de Suecia. Con los últimos datos registrados, consigue subir de 100 a 107 escaños de 349. Por vez primera, este partido ha presentado a una mujer como candidata, la hasta ahora primera ministra Magdalena Andersson, elegida líder del partido tras la dimisión de Stefan Löfven, en el poder desde 2012.

      En las elecciones de 2018, en Suecia se cerró un acuerdo de gobierno entre socialdemócratas (S) y “verdes” (MP), con apoyo de liberales (L) y centristas (C), aislando a la extrema derecha en las negociaciones. Se llegó a un acuerdo con el Partido de la Izquierda (V), que contaba con los votos cruciales par dar vía libre al nuevo gobierno, acuerdo suscrito a regañadientes por haberse quedado fuera de toda influencia y representación en el diseño del nuevo gabinete ministerial. En esas elecciones generales, los partidos del bloque de la izquierda obtuvieron 144 escaños de 349, frente a los 143 escaños del bloque La Alianza (conservador), dejando fuera de los dos bloques a la derecha nacionalista Demócratas Suecos, que consiguió 62 escaños.

La hasta ahora primera ministra sueca, Magdalena Andersson, durante un mitin en Estocolmo. Shutterstock / Liv Oeian
    • Los Demócratas Suecos (Sverigedemokraterna-SD): partido nacionalista y euroescéptico, escorado a la extrema derecha, fundado en 1988. En 2010 consiguió por vez primera representación parlamentaria. En 2022 ha conseguido pasar de 62 diputados a 73. No forma parte del conservador bloque La Alianza, no habiendo cooperado hasta ahora con ninguno de los dos bloques en el Riksdag.

      Su estrategia estará basada en querer ser decisivos en la conformación del próximo gabinete ministerial al quedar en segunda posición, aunque el acuerdo de gobierno entre los partidos conservadores está cerrado en torno a los moderados. Uno de sus líderes dimitió para fundar en 2018 el nuevo partido radical Alternatives for Sweden.

      Relacionar crimen con inmigración antes era imposible y ahora no granjea tanto rechazo y defiende, entre otros, la eliminación del derecho de reunificación familiar para refugiados. Inciden en la amenaza de la cohesión social y han abandonado posiciones antiabortistas de años anteriores.

Jimmie Åkesson, líder de Demócratas de Suecia, durante un mitin callejero en Umeå, Suecia. Shutterstock / Sune Grabbe
    • El Partido Moderado (Moderaterna-M): partido de centro derecha conservador, fundado en 1904. Baja de 70 a 68 diputados y su compromiso de liderar el bloque de la derecha lo sitúa como líder fuerte.
Cartel electoral de Ulf Kristersson, líder del Partido Moderado. Shutterstock / Tupungato
    • Partido del Centro (Centerpartiet-C): partido de centro derecha liberal y agrarista, fundado en 1913. Baja de 31 a 24 diputados; poca presencia en el Parlamento cuando en 1976 formó el primer gobierno no socialdemócrata de Suecia desde 1936. Su líder actual, Annie Lööf, se mostraba más cercana a las tesis de Andersson que a las del Partido Moderado.
    • Partido de la Izquierda (Vänsterpartiet-V): partido socialista escorado a su izquierda, con gran peso de los postulados euroescépticos. Fue fundado en 1917 como escisión del Partido Socialdemócrata y pasa de 28 diputados a 24.
    • Democristianos (Kristdemokraterna-KD): partido de centroderecha democristiana, fue fundado en 1964. Pasa de 22 diputados a 19.
    • Partido Verde (Miljöpartiet-MP): partido de centro izquierda ecologista, fue fundado en 1981. Pasa de 16 diputados a 18.
    • Partido Liberal (Liberalerna-L): partido de centroderecha liberal, que fue fundado en 1934. Pasa de 20 diputados a 16.

Entrada en la OTAN

En una campaña electoral atípica en la que el debate no se ha centrado en temas tradicionales como impuestos, escuelas y atención médica, tampoco en temas como la adhesión de Suecia a la OTAN y la gestión de la pandemia han recibido un mayor espacio.

Suecia, que siempre se caracterizó por estar en “el eje de la no alineación”, lo que le hizo caracterizarse como país neutral frente a EE. UU. y a la URSS en la Guerra Fría, decidió entrar en la OTAN en 2022 junto con Finlandia, quedando la lista de países neutrales reducida a tres, Suiza, Austria e Irlanda.

En Suecia no ha sido sorprendente este giro en la política y menos en la isla de Gotland. Toda iniciativa para protegerse ante el belicismo creciente de la vecina Rusia, máxime desde la invasión de Ucrania, ha sido bien recibida por la opinión pública, con una visión favorable al ingreso en la OTAN, a tenor de los resultados publicados por Demoskop de una encuesta encargada por el periódico sueco Aftonbladet, de orientación socialdemócrata, en abril de 2022.

Todo apunta a un gobierno de Ulf Kristersson

Por ahora, todo apunta a un gobierno presidido por el líder de los moderados, Ulf Kristersson, con un acuerdo cerrado con el partido cristianodemócrata desde antes de la campaña, abiertos ahora a negociar con la ultraderecha subrayando razones de “fuerza aritmética”, con la posibilidad de importantes concesiones políticas a Demócratas Suecos si Kristersson desea mantenerlos fuera del gobierno.

El nuevo gobierno se enfrenta a importantes desafíos como combatir la violencia callejera que ha ido a más en los suburbios de las grandes ciudades, el aumento de los precios de la energía y la inflación y, entre otros, una gran migración que no se ha correspondido con una tasa exitosa de integración, lo que ha hecho cambiar la agenda de los partidos en torno a este tema, sobre todo a partir de la crisis europea de refugiados del año 2015.

Es evidente el triunfo del cuarteto compuesto por los nacionalistas de Demócratas Suecos, los moderados, democristianos y liberales, pero los socialdemócratas se enfrentan a un doble juego político: o destacar a Andersson como una líder fuerte de la oposición si continúa en el liderazgo del partido o empezar una ronda de consultas con Lööf por si los liberales finalmente desecharan la opción de apoyar a los moderados teniendo incluso presencia en el gobierno si los nacionalistas de SD, los ganadores de la derecha, tuvieran una significativa cuota de poder en esta nueva legislatura.

Desavenencias históricas

En 1979 asumieron el poder los liberales gracias también a gobiernos de coalición frente al partido ganador en votos, el socialdemócrata, pero liberales y moderados terminaron rompiendo su acuerdo de gobierno. Es decir, históricamente ha sido una relación muy convulsa entre sus dirigentes, con muchas desavenencias programáticas e ideológicas.

También separan a liberales y moderados lo relacionado con los servicios públicos, con la propuesta de protección constitucional por parte de liberales y el rechazo de los moderados. En esta campaña, los liberales han defendido un cambio de gobierno cerrando acuerdos simbólicos con los moderados antes de las elecciones, pero es difícil el encaje de los nacionalistas de SD, los segundos con más apoyo electoral. Los liberales rechazan cederles cualquier espacio de poder.

Por lo pronto, los nacionalistas de SD se muestran prudentes ante los medios, pero, siendo la fuerza ganadora de la derecha y habiendo superado muchos recelos de los partidos conservadores del bloque la Alianza, están en una posición de fuerza moral para poder estar dentro del próximo gobierno o, desde fuera, presidir el parlamento sueco.

Unos y otros hacen sus propuestas, su articulación de programa común, su diseño de cuadros del aparato del Estado y, en resumidas cuentas, todos están pendientes de los movimientos que puedan hacer desde SD para estos nuevos puestos. Son los segundos más votados y los primeros por la derecha: son quienes más pueden exigir.

María José Vicente Vicente, Profesora de Ciencias Políticas y Sociología, Universidad Complutense de Madrid

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