Enemiga de lo público

por Pedro Iniesta Ruiz

Viernes, 1 de julio de 2022. Esta semana, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de un gobierno que huele a cerrado, ha decidido regalar cuantiosas becas a los hijos de los ricos para que puedan estudiar en la escuela privada. Así las cosas, recibirán ayudas, familias con dos hijos que ganen hasta 107 mil euros, y familias de 4 hijos que ganen hasta 140 mil.

¿Y de donde sale este dinero para financiar la libertad? Pues del bolsillo de todos, obreros incluidos. Y esto ocurre porque Díaz Ayuso se entiende investida de un poder absoluto, y en su enajenación casposa, alcanza la intención última de su política: financiar a las élites para que puedan perpetuar su clase social mientras destrozan lo público para que los hijos de la gente humilde sean la corte de vasallos de los cayetanos que, como ella, no han pegado un palo al agua en su puñetera vida.

Pero si la medida es pornográfica, no lo es menos la explicación que ha ofrecido la presidenta, abro comillas: “Veo sorprendente que puedas cambiar de sexo o que puedas abortar al margen de tus padres y que no puedas optar a becas de bachillerato o Formación Profesional si tus padres tienen un nivel adquisitivo u otro y que, por tanto, tu esfuerzo, tu mérito y tu superación, no cuenten”. Fin de la cita.

SI obviamos el batiburrillo del final, que es una agresión a la gramática con agravante de estupidez y analfabetismo, podremos reparar en lo ridículo de su comparación. Así, esta ignorante viene a decirnos que, si las mujeres son libres para abortar o si la gente puede cambiar de sexo, ella es aún más libre para destinar el dinero público a becar a los poderosos para que sigan siéndolo.

Que nadie se equivoque, el olor a incienso, alcanfor y cerrado en la Comunidad de Madrid puede ser aun mucho más rancio. Por eso Ayuso agita ese nacionalismo cateto cada vez que tiene la oportunidad, porque quiere ser la reina de una corte en la que los de abajo se prosternen a los de siempre, a los que usan lo público como parásitos para salvaguardar sus privilegios.

Y entre tanto, desguazan la sanidad, maltratan los colegios públicos, expulsan del sistema a los jóvenes y condenan a todos los que no participan de la obscenidad de sus políticas basura. Y es que Ayuso, a diferencia de otros presidentes más cobardes, como el de Murcia, por ejemplo, es una reaccionaria desacomplejada.

Así que compañeras y compañeros de la izquierda, una vez más tenemos que levantarnos contra zafiedad repugnante y violenta de esta enemiga jurada de lo público. Madrid no es su presidenta. Madrid no merece a políticos que reflexionan a coces y piensan con rebuznos.

Pedro Iniesta Ruiz, columnista y analista político de La Mar de Onuba, es profesor de lengua y literatura españolas en París (Francia) y secretario general de la agrupación del PSOE de París.

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