Enfermeros alertan de la “ley del silencio” impuesta por el SAS para «limitar el derecho a denunciar la falta de protección» en la sanidad pública andaluza

El Consejo Andaluz de Enfermería reprocha el gobierno andaluz que haga trascender a la opinión pública presuntos incumplimientos.

Califica de «errática y confusa» la circular emitida por el SAS que establece una «ley de silencio» entre profesionales.

El Consejo Andaluz de Enfermería (CAE), organización que representa a las más de 40.000 enfermeras andaluzas, señala que ha registrado una queja ante el responsable de la Dirección Gerencia del Servicio Andaluz de Salud (SAS), Miguel Ángel Guzmán, por la circular que ha emitido en plena crisis sanitaria en Andalucía por la pandemia de Covid-19, y en la que la institución «considera que de una forma errática y confusa se establece una ley del silencio entre sus profesionales».

Por un lado, según indica el CAE en un comunicado, «se cuestiona la responsabilidad de guardar secreto profesional sobre los datos de los pacientes, transmitiendo a la opinión pública en la situación actual de crisis, una idea equívoca de que nuestros profesionales pueden estar actuando contra dichos deberes», lo que «consideramos una grave acusación».

De otra parte, el CAE apunta que «se refiere soterradamente a la obligación de no revelar información sobre la situación asistencial así como las necesidades de recursos materiales y humanos», lo que, a su juicio, «atenta frontalmente contra los derechos fundamentales de los trabajadores en unas circunstancias como las actuales, con un índice de un 23% de sanitarios contagiados y el continuo fallecimiento de profesionales, como el reciente del enfermero de Jaén».

En su escrito, la organización colegial andaluza explica que aclara al gerente que su «controvertida» circular se ampara en una orden del Ministerio de Sanidad (Orden SND/234/2020, de 15 de marzo) por la que las comunidades autónomas están obligadas a remitir a dicho ministerio la información relativa a la información epidemiológica, capacidad asistencial y necesidades de recursos materiales y humanos para facilitar el seguimiento y la toma de decisiones en la gestión de la crisis sanitaria, una normativa que «nada tiene que ver con las denuncias que el personal sanitario pueda hacer respecto a la falta de medios para ejercer de manera adecuada y con la debida protección su profesión», tal y como «se recoge en la queja».

En este sentido, el CAE explica que el escrito elevado al gerente del SAS «continúa incidiendo en que en tales casos no hay datos personales afectados, ni deber de confidencialidad, sino más bien todo lo contrario, al poderse haber incumplido la normativa sobre prevención de riesgos laborales». Así, el Consejo Andaluz apunta que explica a Miguel Ángel Guzmán que «este derecho o facultad de denunciar la situación es personal y no puede ser limitado en forma alguna por esa Gerencia o por la Administración Sanitaria de la Junta de Andalucía, con fundamento en una Orden Ministerial, que nada dice al respecto sobre dichos pronunciamientos y/o reivindicaciones profesionales sobre vulneración de dicha legislación».

Igualmente, en lo que se refiere al deber legal y deontológico que todo profesional tiene de mantener el secreto sobre los datos de salud de los pacientes, el CAE señala que «no hace falta recordar mediante circular que estos hechos puedan dar lugar a infracciones disciplinarias y/o penales, haciendo de esta manera trascender ante los medios de comunicación que se han hecho eco de esta circular y la opinión pública una idea oscura de que nuestros profesionales puedan estar infringiendo dichos deberes, dirigiéndose además de forma generalizada a todos ellos», lo que resulta «inasumible» para este Consejo, cuando además «son precisamente estos profesionales quienes están arriesgando sus propias vidas y las de sus familiares y pacientes en esta crisis, precisamente por la carencia de medios».

Por todo ello, el Consejo asegura que en el escrito de queja recuerda al gerente del SAS que el CAE interpuso «unánimemente», el pasado 31 de marzo, una denuncia ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía contra la delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García, y las máximas autoridades y responsables de la Junta de Andalucía, entre las que se encuentra el propio Guzmán, «precisamente por considerar que han cometido y están cometiendo un delito contra la seguridad en el trabajo y prevención de riesgos laborales de los profesionales sanitarios andaluces –tipificado en el Código Penal–, debido a la falta de material de seguridad, de personal, y a la descoordinación entre las administraciones públicas en la gestión de los servicios sanitarios, que se traduce en un 23% de sanitarios contagiados, cobrándose incluso el fallecimiento de algunos de ellos».

Finalmente y ante, a juicio del CAE, la «desproporcionada» medida adoptada en su circular del 1 de abril, solicita al director gerente del SAS «una inmediata rectificación o aclaración de la misma, en el sentido de respetar expresamente los derechos de sus trabajadores». En caso de no producirse la rectificación solicitada, el Consejo Andaluz advierte de que «se plantea la posibilidad de ampliar su denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por este hecho, así como efectuar queja ante el Defensor del Pueblo Andaluz».

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