Greta Thunberg

By Anders Hellberg - Own work, CC BY-SA 4.0
por José Luis Pedreira Massa, Don Galimatías

He esperado y dejado pasar el tiempo, era consciente. Sabía que iban a salir informaciones “suculentas” de variado pelaje. El tiempo que he esperado ha merecido la pena, no creo que me puedan aportar más cosas nuevas: hay las suficientes contradicciones, exageraciones, generalizaciones, proyecciones y manipulaciones, como para poder reflexionar sobre lo que han dicho de una adolescente sueca que se ha convertido en un foco mediático de primera magnitud sin ser cantante, ni artista, ni hija de celebrities. No es famosa por cantar ni rapear una canción de moda, ni por bailar un nuevo paso, ni ser la protagonista de una película de premio internacional o de una serie televisiva de éxito. Como ven, tiene su mérito, es noticia por opinar e intentar actuar en consecuencia, nada más y nada menos que simplemente por éso. Por esta simple acción ya merecería ser una especia digna de protección para prevenir su extinción.

Sorprenden muchas cosas en este caso, es una adolescente de aspecto aniñado, aparece retraída pero tiene una vivacidad relevante y se expresa con contundencia y claridad. Parece poca cosa, pero desde que inicia su discurso se va creciendo, se viene arriba y su voz obtiene consistencia y vehemencia de forma suficiente, entona de forma adecuada a lo que quiere expresar y resaltar. Su mímica corporal y facial es expresiva y sus gestos dicen mucho de enfado, de sorpresa, de inquirir y de reclamar. Comunica verbalmente, pero también en el lenguaje gestual y analógico. Su mirada es expresiva, y trasmite la emoción que subyace tras ella ora de rabia, ora de impotencia, ora de interés, ora de exigencia…

Ha dejado los estudios para dedicarse a un tema concreto: el cambio climático del planeta tierra por la acción contaminante del ser humano. Los científicos lo formulan y lo apoyan, los activistas medio-ambientales lo difunden, las reuniones internacionales lo abordan pero… solo se formula, no se actúa y algunos de sus actores más relevantes se cachondean, cuando no directamente descalifican, los contenidos que se expresan y de los datos que se constatan de forma fehaciente.

El abandono de su actividad escolar le ha facilitado acudir a las puertas de su Parlamento todos los viernes a sentarse y pedir que se haga algo para parar esta locura, porque solamente tenemos este mundo y se lo están cargando.

Simplemente ha hecho sentarse un día a la semana y no canta ni rapea una canción de moda, ni baila un nuevo paso, ni es la protagonista de una película de premio internacional o de una serie televisiva de éxito. Se ha hecho famosa por ser ella y decir, a su manera, lo que mucha gente temía y se guardaba en silencio. Se ha difundido su acción por los nuevos mecanismos de información, por las redes sociales, por la comunicación digital con potencia…

La gente “bienpensante” del poder establecido ha buscado algo para descalificarla, para minimizar su impacto: abandono de los estudios, diagnósticos psiquiátricos para que fueran un estigma, su forma de comportarse o las cosas que hacía y decía, algunos se acompañaban de “lindos” insultos con descalificaciones. Últimamente contraponen un chico que ha inventado no sé qué y ella no ha hecho nada de provecho. Le han atacado, casi siempre, hombres aposentados y con un discurso supremacista y machista y ese discurso ha sido apoyado de forma acrítica, más por las formas aparentes que por los contenidos reales.

Los hombres españoles, a tenor de lo publicado por un periódico de tirada nacional potente, piensan que esta adolescente es una histérica, marioneta, majareta, estúpida, puta, mientras que las mujeres la llamaban niñata, loca, patética. Insultos y descalificaciones personales sin conocerla.

Voy a detenerme en el calificativo “loca”, simplemente porque se ha difundido que podía padecer un síndrome de Asperger. Fíjense: “difundido”, “podría”. Es decir nada seguro. Ya saben en cuanto alguien adquiere la característica de comportarse como “raro” se le busca un diagnóstico que lo justifique, lo “raro” como emergente de nuestros temores e inseguridades, cuando no de nuestro desconocimiento o ignorancia.

Ya saben se ha catalogado a personajes como Síndrome de Asperger: Einstein, Job, Gates… Desde esa aparente “rareza” con la que se les describe, una “rareza” llena de “simpleza” y basada en una “recolección de síntomas” como quien recolecta una cosecha cualquiera de cualquier producto. Diagnosticar no es “recolectar” síntomas, sino escuchar, comprender, relacionar, engarzar, construir la estructura de ese diagnóstico. Quiere decir que sin un abordaje individual y directo, buscar un diagnóstico o asignar a alguien un rótulo es actuar en base a prejuicios del que se deriva asignar un estigma a esa persona.

Tras más de 45 años de práctica profesional he diagnosticado varias decenas de veces el Síndrome de Asperger, algunos además los he tratado y poseo varias publicaciones científicas sobre el tema, pero en casi tantas ocasiones como he diagnosticado he “levantado”, según mi criterio clínico y científico-técnico, un diagnóstico de síndrome de Asperger que no lo era, a pesar de tener el diagnóstico emitido por algún profesional.

De Greta llama la atención su mirada dura e inquisitiva pero expresiva y brillante, su lenguaje ajustado y contundente para su etapa de desarrollo, su tono muscular adecuado a la expresión verbal, una mímica vivaz hasta quizá algo exagerada en relación a lo que expresa verbalmente, su saber estar en contextos diferentes aunque exprese dificultad relacional. Una dificultad relacional propia de una adolescente, que se expresa en otro idioma al materno, que va de viaje en viaje. Cuando se expresa lo hace con entonación adecuada, para trasmitir rabia, alarma, para atraer la atención y con mímica expresiva y coherente con lo que expresa. Todos estos datos hacen que dude del diagnóstico que le asignan, claro que éticamente no quiero manifestarme sin haberla valorado personalmente, por eso me alarma que tanto “sabio” le diagnostique sin haberla visto personalmente. Entiendo que soy de los profesionales torpes, que precisan tiempo y relación de consulta directa para realizar diagnósticos tan complejos y específicos.

Por doquier se han levantado voces alarmadas y quijotescas porque Greta ha abandonado la escolaridad, porque va de país en país, porque se expone o sobre-expone, … Pero esas mismas gentes, no dudo que bienpensantes, silencian su voz cuando existen infancias robadas en aras a genios de la canción, o de la actuación en películas de tres al cuarto, cuando a esa infancia se le exige bailes o ejercicios gimnásticos imposibles, cuando se les transporta a escuelas de alto rendimiento de diverso pelaje y condición, cuando se les limpia la mente con ideas reiteradas que han sido obtenidas por revelación o cuando se les coarta la libertad de su propia identidad. A todo esto y a muchas cosas más las mentes bienpensantes no tienen nada que decir o quizá lo dicen con su silencio cómplice.

Luego están los que insultan desde su nadería más absoluta o los que exigen que haga como los inventores… esas gentes que no saben respetar la diversidad ni la diferencia, que no toleran al otro distinto en su particularidad. La inteligencia no es lineal, desde las investigaciones de Gardner sabemos que la inteligencia es multifactorial y que él determinó, al menos, 8 factores. Quiere decir que uno lo hará en lo concreto y de la lógica formal y otro se desarrollará en la lógica de la abstracción, por eso hay científico-técnicos y teórico-metafísicos, hay quienes saben expresar sus ideas y quienes son un desastre porque la inteligencia verbal tampoco es homogénea ni está directamente relacionada con la capacidad de saber investigar, hay personas que se preocupan por cosas muy concretas y específicas y otras que se preocupan por temas generales y que afectan a más personas… en fin que lo particular del ser humano es más importante que la homogeneidad, hay que señalar con Claude Levy-Straus que la diferencia es lo que determina la particularidad individual y nos hace obtener nuestra subjetividad. La homogeneidad y la igualdad absoluta nos lleva a la robotización descrita por George Orwell en 1984.

Es cierto que Greta no inventa nada para atajar el cambio climático y su impacto sobre el planeta, pero hace de voz crítica, de voz de la conciencia como Pepito Grillo permanente de las situaciones a las que nos vemos abocados. Al Gore, el ex vicepresidente de USA desde hace años promotor y activista de luchar frente al cambio climático, dice que admira a Greta y la considera un referente. La nada sospechosa revista Time la ha declarado personaje del presente año. Es evidente que tiene muchos y poderosos retractores que utilizan el simplismo de la descalificación, el insulto o del estigma para desprestigiarla, pero Greta está resistiendo en aras a un tema en el que cree y en el que los científicos le aportan datos que confirman lo que dice.

No obstante la actitud de Greta ha conseguido aunar intereses en un buen número de jóvenes a lo largo y ancho del planeta y que nos demanden a los mayores acerca de lo que estamos haciendo y del planeta que les vamos a dejar de no rectificar. Lo ha conseguido una adolescente, hablando a otros adolescentes y en diversos foros, con un lenguaje directo y comprensible, con el descaro de saber que trasmite verdad y que quiere que nos percibamos de nuestras acciones y de nuestro mundo.

Gracias Greta.


José Luis Pedreira Massa, "Don Galimatías" en La Mar de Onuba, es Vocal del Consejo Asesor de Sanidad y Servicios Sociales del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Psiquiatra y psicoterapeuta de infancia y adolescencia. Prof. de Psicopatología, Grado de Criminología (UNED).

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