La FAO mantiene un nivel elevado de los precios de los alimentos para 2023

por Francisco Villanueva

 

Viernes, 13 de enero de 2023. La FAO sostiene que habrá altos precios de los alimentos en 2023, no habrá tregua por el efecto fundamentalmente de la guerra en Ucrania que aumentó el coste de la energía, insumo clave en la producción de alimentos. La invasión de Ucrania dispuesta por Rusia el 24 de febrero del año pasado ha destruido 3 ciclos productivos del agro ucraniano que equivalen a 3 sequías sucesivas de efectos letales, según la estimación de expertos economistas dedicados a la agricultura en los EEUU.

A esto hay que sumarle la agudización del cambio climático (“o calentamiento de la atmósfera”), con la multiplicación de eventos climatológicos, muchos de ellos catastróficos (altas y persistentes temperaturas, sequÍas prolongadas, incendios de las zonas productivas, inundaciones en gran escala); y todo esto asegura que el precio de los alimentos se mantendrá elevado, por encima del promedio histórico de los últimos 20 años, no obstante el efecto depresivo sobre los valores de las commodities en general, y en especial de los agrícolas, que provoca necesariamente la creciente valorización del dólar estadounidense (“dólar fuerte”), que ha desatado el aumento sistemático de las tasas de interés dispuesto por la Reserva Federal en los últimos 3 meses.

Jerome Powell, titular del Banco Central de EE.UU, ha elevado 3 veces sucesivas 0,75 puntos porcentuales cada vez la tasa de los Fondos Federales, y esto ha hecho que el precio del dinero en EE.UU subiera de 0,25% anual a principio de año a casi 4% anual al finalizar el mes de diciembre.

El Índice de Precios de los alimentos de la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas) señala que sus valores se han estabilizado en los últimos 8 meses, con una leve declinación en noviembre pasado, y un alza mínima de +0.3% respecto al año anterior.

El ciclo de los precios de este año muestra un pico de +4% en marzo, que fue la culminación de 2 años de crecimiento fenomenales (2020 /2021) con precios récords del trigo, el maíz y el arroz.

Significativamente, la estabilización, o leve disminución del precio de los granos, no ha ocasionado ninguna disminución de la tasa de inflación de los países avanzados, donde se mantiene, tanto en EE.UU como en Europa, en un nivel de 10% por año, con alguna excepción como España que está ya más cerca del 5%.

Hay que agregar que en este periodo de los últimos 8 meses es cuando se ha desatado la política del dólar fuerte por obra del aumento sistemático de las tasas de interés provocado por la Reserva Federal; y aun así el precio de los commodities agrícolas se ha mantenido estable o ha crecido sólo levemente.

El efecto combinado del cambio climático y la guerra de Ucrania acompañada de las sanciones a Rusia, ha aumentado los costos de producción por encima de los niveles pre-pandémicos, en tanto que la demanda, en razón de la alta inflación, se encuentra profundamente debilitada.

La Guerra de Ucrania y las sanciones comerciales y financieras impuestas a Rusia por EE.UU y la Unión Europea han elevado notablemente el precio de la energía en el Mercado Mundial, y especialmente en Europa; y esto ha desatado como subproducto un auge excepcional del costo de los fertilizantes, que provienen fundamentalmente de Ucrania y Bielorusia.

Por otra parte tanto EEUU como Europa, han experimentado y experimentan severas sequías que han disminuido en gran forma la capacidad para aumentar la producción, precisamente en el momento en que más se la necesita en el mercado mundial; y todo indica que esta situación se mantendrá en el transcurso de 2023.

Por eso es que tanto FAO como el FMI (Fondo Monetario Internacional) prevén la continuidad de los precios elevados de los alimentos, tanto en 2023 como en 2024, y esto no obstante la política del “dólar fuerte” de EE.UU.

El cálculo de FAO es que el coste de los alimentos ha aumentado 12.7% anual en los primeros 9 meses de 2022 para los consumidores de los países avanzados; y agrega que estos precios serán todavía más elevados en algunos países emergentes (con un alza de más de 100% en 2022).

La producción agroalimentaria contemporánea es por definición energía intensiva, de modo que sus costes son afectados necesariamente y en forma directa por el auge del precio de la energía ocasionado por la Guerra de Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia. De ahí que haya un virtual consenso de que el precio de los alimentos y de la energía mantendrán niveles récord según cuál sea la duración del conflicto ucraniano.

La conclusión es obvia: hay que terminar con la Guerra de Ucrania a través de una solución política lo antes posible, porque es la condición para que bajen el costo de los alimentos y de la energía…no le den más vueltas.

Francisco Villanueva Navas, analista de La Mar de Onuba, es economista y periodista financiero.
@FranciscoVill87

Sea el primero en desahogarse, comentando

Deje una respuesta

Tu dirección de correo no será publicada.


*


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.