Necesarias e inquietantes palabras de Alston

La cita al mediodía del pasado viernes en la sede de la Organización Mundial del Turismo (OMT) de Naciones Unidas, en la madrileña plaza de Cuzco, desbordó todas las previsiones. Media hora antes de la comparecencia de Philip Alston, la sal era un hervidero de cámaras, micrófonos y corresponsales. Los últimos en llegar, tuvieron que escuchar la relator Especial de Extrema Pobreza y Derechos Humanos de la ONU sin cascos para escuchar la traducción simultánea y seguir el esperado Informe Alston. Las estadísticas contenidas en el dossier distribuido a los medios explican la atención de estas por escuchar la veterano colaborador de las Naciones Unidas.

No defraudó. Lo escuchado el viernes el Madrid aún ocupa espacios destacados en los medios de comunicación impresos y digitales, así como en los informativos de radio y televisión nacionales. Alston puso negro sobre blanco una situación de gran desigualdad, que en algunas partes del Estado es insostenible y tiene facetas verdaderamente inasumibles, como la situación de los trabajadores del campo onubense

“En Huelva·”, dijo el Relator, “los trabajadores agrícolas viven como animales, sin ningún tipo de servicio básico y ninguna administración quiere asumir ninguna responsabilidad, por más ínfima que sea”. Según sus palabras, la culpa es de todas: municipios afectados, Diputación de Huelva, Junta de Andalucía y la administración nacional. “La culpa es de todos y al final no es de nadie”, resumió.

Refiriéndose a la desidia administrativa generalizada Alston criticó que la burocracia española “es del siglo XIX”, y denunció, como ya había hecho en otros informes sobre la pobreza en países ricos, no exentos de polémica,   “la deshumanización de las administraciones públicas en el ámbito social”. El experto de la ONU asegura que hay “peticiones infinitas de documentos», y se ha mostrado sorprendido por la falta de sentido común en los requisitos y plazos para obtener ayudas del Estado. En este sentido, Alston lamentó que se tenga más en cuenta la burocracia que a las personas.

Al terminar la comparecencia, Alston recibió el aplauso espontáneo de los numerosos periodistas, cámaras y técnicos que cubrían la rueda de prensa. Alston habló claro, y dejó necesarios e inquietantes titulares. El principal: hay que tomar medidas. Ya.


«En Huelva hay trabajadores en una industria que mueve 600 millones de dólares y viven como animales», el Relator de la ONU Alston sobre los asentamientos

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