El recorte se centrará en la red de sucursales, donde habrá 3.000 salidas.
Viernes, 23 de abril de 2021. BBVA ha planteado a los sindicatos un recorte de plantilla de 3.798 personas y el cierre de 530 oficinas en una reestructuración que busca adecuar su modelo de negocio al nuevo entorno de relación digital con sus clientes. El ajuste no sólo afectará a la red y se extenderá a los servicios centrales del grupo que preside Carlos Torres. El grupo ha justificado hoy a los sindicatos la necesidad de acometer el recorte por la profunda competencia del sector y los bajos tipos de interés.
El recorte se centrará en la red de sucursales, donde habrá 3.000 salidas, mientras que las 800 restantes tendrán lugar en los servicios generales. La cifra total supone una reducción del 16% de la plantilla.
En relación con las oficinas, Cataluña concentrará el grueso del ajuste con un total de 204 cierres, seguida de la zona centro (Madrid y Castilla La Mancha) con 101 y la zona Sur (Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla) con 76. En el resto de territorios el recorte se distribuye así: Canarias (14), 35 en la Zona Este (Generalitat Valenciana, Islas Baleares y Murcia), 59 en la Noroeste (Galicia, Asturias, Castilla y León) y 41 en la Norte (País Vasco, Cantabria, Navarra, La Rioja, Aragón).
BBVA ha remitido un comunicado al conjunto de la plantilla en el que se compromete a buscar fórmulas que permitan minimizar el impacto en el empleo. «Reiteramos que desde BBVA abordamos este proceso con actitud dialogante, con el compromiso de guiarnos por criterios de objetividad y con la voluntad de llegar al mejor acuerdo posible para todos», remarca el grupo.
Caixabank: más de 8000 trabajadores a la calle
El anuncio de BBVA llega dos días después de que la cúpula de CaixaBank haya trasladado a los sindicatos la intención de despedir al 18% de su plantilla en España, es decir, 8.291 personas. Según ha comunicado la dirección a los sindicatos UGT y CCOO, el proceso se debe a motivos productivos y organizativos, «dadas las duplicidades y sinergias derivadas de la fusión y las circunstancias actuales del mercado». El banco también contempla cerrar el 27% de sus oficinas en territorio nacional, más de 1.500.
CaixaBank justifica este gran número de ERE como una consecuencia de la reciente absorción de Bankia y la digitalización de los clientes, que cada vez demandan menos físicamente y más virtualmente, lo que requiere del cierre de sucursales.
Santander, Sabadell, Ibercaja…
También el Santander prevé un ERE. 3.572 despidos, con desvinculaciones voluntarias y ya tiene 1.800 inscritos: 1.300 con una edad entre los 55 y los 61 años, la franja de mayor edad, salvando los puestos directivos. Según los sindicatos, el plan de bajas se ha hecho con acuerdos entre la empresa y los sindicatos.
En este caso, el 23 de marzo de 2020, la presidenta del banco Ana Botín y el consejero delegado José Antonio Álvarez se comprometían a reducir el total de su salario y retribución variable en un 50%. Igualmente, se le recortó al resto de los beneficiarios de estos bonus. El salario de Botín pasó de 9,6 a 6,5 millones. Ahora, a lo largo de este y los próximos años se recuperarán las retribuciones variables y se repartirán 147 millones para unos 300 altos cargos incluidos Botín y Álvarez, 11,5 millones de euros para los consejeros ejecutivos y 187 millones para 1.200 empleados.
En el Sabadell, según informaciones publicadas en los últimos días, podría haber otras 2.000 salida en 2021. Sabadell fue de los primeros en anunciar salidas en noviembre con un plan de bajas incentivadas y prejubilaciones. Tras la renuncia de las retribuciones variables por parte de la cúpula de la entidad el pasado año, en un consejo celebrado en febrero han decidido la vuelta de las mismas.
Por último, Ibercaja lanzó a principios de año un plan de salidas para 750 trabajadores que se vio desbordado al apuntarse más gente de la que podía. El plan pretendía jubilar a los nacidos entre 1961 y 1963 aún vinculados laboralmente al banco.
ERE para empleados, millones de euros para los directivos
A pesar de que los grandes bancos recortaron parcial o totalmente en 2020 las retribuciones variables que correspondían a sus altos directivos, parece que estos bonus han regresado para devolver las gratificaciones millonarias a los cargos directivos más altos y también a los que se encuentran en la segunda o tercera línea de sus respectivas entidades.
El presidente de Caixabank José Ignacio Goirigolzarri percibirá a partir de ahora más del triple solo en remuneración fija, pasando de 500.000 euros en 2020 a más de 1,6 millones de euros. Mientras, el CEO, Gonzalo Gortázar, rechazó a cobrar la parte variable y el año pasado obtuvo 2,8 millones frente a los 3,7 de 2019, pero aún no se sabe la cantidad que percibirá este año.
En el caso de BBVA, el presidente del banco, Carlos Torres, el consejero delegado, Onur Genç, y otros 337 empleados, desde los cargos directivos más altos a los más bajos, podrán recibir una retribución variable a lo largo de 2021 de hasta 157,8 millones de euros.
Por tanto, el sueldo de Carlos Torres puede alcanzar los 6,9 millones de euros este año entre fijos, variables y aportaciones a la pensión, es decir, 2,9 millones más que los 4,08 millones que percibió en 2020. Si se cumplen los objetivos, el sueldo de Onur Genç también aumentaría hasta más de 6,2 millones de euros, frente a los 3,4 millones que ganó el año pasado.
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