Temporeras, la realidad que no interesa

Vienes, 3 de junio de 2022. Ante la campaña mediática que están haciendo los empresarios/agricultores del fruto rojo, llorando una vez más porque no tienen mano de obra,escribimos este artículo porque queremos ofrecer unos cuantos datos, de esos que la mayoría de los medios de comunicación ni se preocupan en conocer antes de publicar con tanta seguridad lo que la patronal agraria quiere contarles. Para contrastar y esas cosas que ya no se llevan.

Empezamos por aclarar que la campaña de la fresa normalmente comienza a finales de diciembre, y en junio apenas hay ya trabajo, por lo que empiezan a despedir a lxs trabajadorxs.

Aún así, llevan ya un par de años con la estrategia de salir diciendo: “ Que nos vamos a otros trabajos”; además, este año ha venío estupendamente que coincida con el Rocío. Y, como no podía faltar, se le echa la culpa a ese complot contra el sector fresero al que lanzamos, dicen, críticas falsas.

 Porque claro, esa gente que denunciamos lo que ocurre no tenemos otra cosa mejor que hacer, y tampoco tenemos datos ni experiencias propias ni de montones de trabajadores para hacerlo. Como si esta realidad no se conociera de sobra; como si no supiéramos que se mira para otro lado porque el sector es “el segundo motor económico de Huelva”, aumenta el PIB de la provincia y, como se ha dicho públicamente por algún que otro cargo político en Huelva, “con el dinero que va a la Seguridad Social por la contratación en origen se pagan las pensiones en Huelva”. (Vean en este enlace a partir de 1:23:00) Lo de la explotación, lo de no cumplir la Orden Gecco ni el Convenio, eso es lo de menos.

El problema es que a la gente le gusta mucho protestar, encima que les traemos desde Marruecos, Honduras y Ecuador, y les sacamos de la pobreza extrema. Deberían estar agradecidos. Que con lo que ganan aquí (aunque no sea lo que les corresponde por ley) viven en sus países todo el año.

Pues bien, como íbamos diciendo, el llanto perenne de la patronal es una clara estrategia que no es muy difícil de descifrar para quienes vivimos la realidad día a día.

Este año ha sido el más activo con respecto a denuncias de lxs trabajadorxs de todos los que llevamos haciendo campaña sindical. Y, a pesar de contar solo con dos personas liberadas para hacer este trabajo, gracias a las donaciones en el Goteo que hicimos el año pasado (aprovechamos para agradecer de nuevo a toda la gente que nos apoyó y que nos sigue apoyando), a pesar de contar con recursos escasos, pudiendo abarcar una pequeña parte de todo este entramado, a pesar de tener cero infraestructura, con cuatro horas de asesoría jurídica a la semana, los datos con los que contamos son estremecedores y nos permiten abarcar una pequeña parte de todo ese entramado. Y aún no ha terminado la campaña. De hecho, a día de hoy tenemos cinco denuncias pendientes de poner en Inspección de Trabajo, más las otras nueve que ya hemos puesto sobre las que, por cierto, aún no hemos tenido respuesta. Y eso que desde Madrid iban a apoyarnos esta campaña. Sobre eso hablaremos en otro momento.

En conclusión, casi una quincena de denuncias esta campaña, más once logros en diferentes empresas que hemos podido conseguir gracias a la negociación. Entre esos logros figuran, entre otros la readmisión de trabajadorxs que iban a ser despedidos, la continuidad en el trabajo de compañeras que querían devolver a Marruecos por enfermar o estar embarazadas, la gestión de habitabilidad de las viviendas de las contratadas en origen y el cumplimiento con la jornada de trabajo. Ofreceremos los datos estadísticos con todo detalle al terminar la campaña.

Y justo aquí es donde queremos hacer hincapié en la jornada laboral de 39 horas semanales. Casi el 100% de compañerxs contratadxs en origen que nos han llamado este año denunciaban que no se cumplía la jornada de trabajo, y que han venido este año para pasar más tiempo en la casa que trabajando.

Enlazamos aquí lo que dice el Convenio del Campo de Huelva en el artículo 7, y la Orden Gecco en el artículo 3.1 sobre la actividad continuada garantizada. Y también están los contratos que se firman de 39 horas semanales.

Hemos tenido protestas que han organizado compañeras marroquíes en la puerta de las fincas, denuncias públicas de compañeros de Honduras tanto en papel como en la radio.

Algunas las hemos conseguido negociar como contábamos, y se han resuelto, pero otras están en conocimiento de Subdelegación del Gobierno de Huelva y de los Ministerios de Migraciones y Trabajo, y aún no tenemos respuesta alguna. Estas personas volverán a sus países decepcionadas por lo que consideran “una auténtica estafa”, mientras aquí las autoridades laborales, y los responsables políticos no han movido ni un dedo.

Pero claro, ahora, ante el llanto de la patronal que pide que se amplíe el número de personas de los próximos contingentes de origen, a través de una campaña mediática que argumenta que no tienen mano de obra, que los nacionales no queremos trabajar y abandonamos el trabajo, responden a sus demandas automáticamente, olvidando que ni siquiera han cumplido con la jornada laboral de las personas que han estado aquí estos meses. Porque tenemos que seguir aumentando el PIB, y superando las ganancias del sector año tras año. Y decimos “del sector” porque es donde se quedan siempre los millonarios beneficios. Habría que analizar los bolsillos de lxs trabajadorxs, y el beneficio económico que a ellxs les ha supuesto esta campaña. Pero eso parece que no interesa a nadie, tampoco a quienes prometen que van a apoyarnos en nuestra lucha por los derechos de lxs jornalerxs.

¿Y sabéis que es lo peor de todo esto?

Que a pesar de ver en nuestras narices cómo la patronal cada año lanza falsas acusaciones sobre los trabajadores nacionales, insultándonos y humillándonos cuando nos tachan de flojos, cuando nos acusan de abandonar el trabajo y de no querer trabajar en el campo y, sobre todo, cuando lo utilizan para tener la excusa perfecta para pedir que se traiga a cada vez más personas de otros países a los que pueden explotar más fácilmente, aquí estamos cayendo en la absurda trampa de culpar al compañero/a que viene de otro país a buscarse las habichuelas.

Ojalá algún día entendamos que Andalucía siempre ha sido un pueblo diverso en el que han convivido diferentes culturas, lo que ha hecho que tengamos la riqueza cultural de la que gozamos a día de hoy, y que es en esas personas donde encontramos a nuestrxs aliadxs, a nuestrxs hermanxs, de los que tenemos que agarrarnos de la mano para luchar de una vez para que se haga justicia y se ponga en el centro el gran valor que tienen nuestros cuerpos y nuestras manos. Y sobre todo, para recuperar la tierra que nos fue arrebatada por esos que ahora nos explotan y nos echan a pelear.

Ojalá algún día entendamos la importancia de la necesidad de nuestra soberanía alimentaria, y de transitar juntas hacia otros modelos de agricultura. Y para eso contamos con lo más importante: la urgente necesidad de empezar a construirlo, y la diversa riqueza de conocimientos de las diferentes culturas que actualmente convivimos en Andalucía.

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