Carta de un militante socialista a José Luis Ábalos

«Me permito pedirte, a través de estas líneas y con todo respeto, que renuncies a tu acta de diputado asumiendo la directriz de tu partido, y que defiendas así la ética pública al tiempo que salvaguardas tu ética personal».

por Pedro Iniesta Ruiz

Miércoles, 28 de febrero de 2024.Los socialistas hemos sufrido, no sin náuseas y sonrojo, a un individuo corrompido al que designaste como tu colaborador más cercano. Si bien su corrupción es presunta y tu inocencia no sugiere dudas en términos judiciales, esta huida hacia adelante embarra, aún más, un panorama que la derecha va a atiborrar de sobreactuación y doblez.

Has proclamado que mantendrás tu acta de diputado por aquellos a los que te debes: tu familia y tus amigos. Esto es tanto como entender que el escaño es una heredad que no exige mayor rendición de cuentas que la que uno pueda dar frente a un espejo. Renunciar a la representación, en sentido amplio, y reducirla al coto privado en el que defender el honor personal, es proscribir, no solo el mandato democrático emanado de las urnas, sino el sentido último del voto socialista: ser la voz de la clase trabajadora.

Sabes que el sainete requerirá de tu presencia en televisiones y radios, que serás convenientemente instrumentalizado por los mismos que te hicieron la vida imposible como ministro. Sabes que pones en la diana al presidente del Gobierno, a la organización del partido y, lo más doloroso, a toda la militancia de base

Has decidido recorrer el camino inverso a socialistas como Ramón Rubial, y te has puesto primero a ti, luego al partido, y por último a España. Sabes mejor que nadie que son muchos los que han dejado sus cargos, o incluso la militancia, porque se cernía sobre ellos la sombra de la duda o simplemente porque restaban al proyecto colectivo. No se fueron por estar condenados, ni siquiera por ser culpables. Lo hicieron porque entendieron que la suerte del PSOE es infinitamente más importante que la carrera individual de cada uno de nosotros.

España ha vivido una corrupción asfixiante, y la deslegitimación de los políticos y de la política redunda en el descrédito de la democracia, de las instituciones y de los servidores públicos. Es verdad que la decisión de la ejecutiva del PSOE pone el listón ético muy alto, pero si nosotros, los y las socialistas, no somos capaces de dignificar la res publica, entonces, ¿quién lo hará?

No dudo de tu inocencia, ni de que confiaras en alguien que no lo merecía, a pesar de las advertencias que admites haber recibido y de los exabruptos y manejos conocidos que, a cualquier otro, le habrían costado el cese inmediato. No obstante, te presumo consciente del daño que esto infringe al PSOE. Sabes que el sainete requerirá de tu presencia en televisiones y radios, que serás convenientemente instrumentalizado por los mismos que te hicieron la vida imposible como ministro. Sabes que pones en la diana al presidente del Gobierno, a la organización del partido y, lo más doloroso, a toda la militancia de base.

Esta travesía personal que hace salivar a la derecha, lamentarse a los militantes y huir a los ciudadanos, no puede revestir, y no reviste, dignidad alguna.

Hace apenas unos días, los socialistas salíamos a la calle para pedir el voto en Galicia. Ahora nos disponemos a hacerlo para el País Vasco, y pasado mañana para Europa. Somos los militantes los que vamos a poner la cara para que nos la partan, metafóricamente; aunque hay metáforas que duelen más que un guantazo. La mayoría de los militantes no tenemos escaño ni sueldo desde el que defender el honor personal, porque lo único que defendemos es un proyecto de sociedad y de país por el que estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos.

Es verdad que la decisión de la ejecutiva del PSOE pone el listón ético muy alto, pero si nosotros, los y las socialistas, no somos capaces de dignificar la’res publica’, entonces, ¿quién lo hará?

La marcha al grupo mixto es una mancha indeleble que recalará en nuestras siglas toda la legislatura. José Luis, no sé si dirigirme a ti como compañero o excompañero, pero quiero decirte que esta travesía personal que hace salivar a la derecha, lamentarse a los militantes y huir a los ciudadanos, no puede revestir, y no reviste, dignidad alguna.

Yo solo soy el Secretario General de la histórica Agrupación Socialista de París, el lugar en el que Pedro Sánchez iniciara su campaña de primarias para volver a la dirección del PSOE. Sin embargo, me permito pedirte, a través de estas líneas y con todo respeto, que renuncies a tu acta de diputado asumiendo la directriz de tu partido, y que defiendas así la ética pública al tiempo que salvaguardas tu ética personal.

Pedro Iniesta Ruiz es Secretario General del PSOE de París

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