Carta en respuesta al comunicado publicado por la Embajada de Israel en España

El texto fue difundido en redes sociales por la legación diplomática israelí el 8 de mayo

Jueves, 9 de abril de 2024. Desde la Plataforma La Indiferencia Nos Hace Cómplices queremos expresar nuestro profundo malestar y nuestro total desacuerdo con el comunicado que la Embajada de Israel en España ha publicado con fecha 8 de mayo de 2024.

A continuación queremos explicar nuestras razones, sin dejar pasar por alto que nuestra expresión tiene fundadas evidencias objetivas y contrastables y que nuestra actitud sólo busca el respeto universal a los Derechos Humanos.

Comienza su comunicado manifestando su total rechazo a “la falsa acusación difundida por algunos ministros, intelectuales y medios de comunicación de que Israel está cometiendo un genocidio” (sic). Para determinar que esta acusación es falsa, nos vemos obligados a definir la palabra genocidio. La Convención para la prevención y sanción del delito de genocidio, de 9 de diciembre de 1948, en su artículo II. ECPI, art. 6, define este concepto como “cualesquiera de los siguientes actos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal: matanza de miembros del grupo, lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo”. Además, se añade que “es el delito consistente en dar muerte o agredir de forma sistemática a los miembros de un grupo nacional, étnico, racial, religioso o determinado por la discapacidad de sus integrantes, con el propósito de destruir total o parcialmente dicho grupo”. Esta definición queda así recogida en nuestro Diccionario de la Real Academia Española.

Dada la intensidad de los ataques perpetrados en Gaza; sus consecuencias en el número de desplazados y la cantidad de veces desplazados; en la privación de alimentos (según Oxfam, la población del norte de Gaza sobrevive con 245 calorías al día, esto es menos del 12% de la ingesta calórica necesaria),las dificultades de acceso a agua potable (según UNRWA, el 96% del agua del acuífero de Gaza está contaminada), privación de medicación y productos sanitarios de primera necesidad, electricidad, gas; del volumen de heridos, de desaparecidos y el volumen de víctimas de específicos ámbitos profesionales, de civiles (44.844 decesos y desaparecidos en 215 días, 15.002 de ellos niños y 9.893 mujeres fallecidas); dado además el volumen de destrucción de infraestructuras tales como hospitales centros educativos de todas las etapas, carreteras; canalización de aguas potables y sucias, centros de culto, viviendas, comercio; cierre y destrucción de oficinas bancarias; dado todo este interminable listado de repercusiones que pueden ser contrastadas por organismos tales como Naciones Unidas, con sus observadores, UNRWA, UNICEF, Oxfam y el propio Ministerio de Salud Palestino, dado todo esto, la sociedad civil a nivel planetario se cuestiona si lo que está sucediendo en Gaza es o no es un genocidio atendiendo estrictamente a la definición de este concepto. Evidentemente, quien ha de determinar que éste es el caso, es la Corte Internacional de Justicia, que habiendo sido llamado a hacerlo en la denuncia por genocidio que Sudáfrica presentó contra el Estado de Israel con fecha 29 de diciembre de 2023, interpuso el 28 de marzo de este año, seis medidas provisionales a Israel con carácter vinculantes y, a quien además, con fecha 30 de diciembre de 2022, antes de que estallara este último conflicto, la Asamblea General de las Naciones Unidas solicitó una opinión consultiva sobre “las consecuencias jurídicas de las prácticas y políticas de Israel en el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén Este”. Vemos entonces en esta solicitud como ejemplo reciente, que existe ya un histórico documentado que pone en serias dudas las actuaciones desproporcionadas de Israel contra civiles de un territorio que ocupa y anexiona, no siendo capaces de delimitar objetivamente sus fronteras, lo que nos lleva al siguiente punto de nuestra argumentación en la respuesta a su comunicado.

Expresan en su comunicado que “la demonización y deslegitimación de Israel recurriendo a acusaciones carentes de fundamento da alas a Hamas y a quienes persiguen la desaparición del Estado de Israel y son una clara incitación al odio y alientan el antisemitismo” (sic). Creemos que hemos dado argumentos fundados en hechos objetivamente comprobables y contrastables acudiendo a las fuentes ya señaladas, fuentes con un reconocimiento internacional tanto por parte de Los Estados que la componen, como por organizaciones políticas, jurídicas, sociales y cívicas. Si Israel pone en duda estos datos, sentimos tener que reconocer que, o bien viven una realidad paralela o bien se niegan a reconocer la evidencia palpable. Pero algo que añade más preocupación, si cabe, es este constante victimismo que profesan. No aceptamos que Israel nos dé a los españoles, lecciones en relación al combate de actos terroristas, más bien, desde esta plataforma cívica, les invitamos a que se miren en el espejo de nuestra resolución de conflictos armados. Tenemos probada experiencia en ello y hemos logrado coexistir, cohabitar y tener una convivencia pacífica en la que poder discutir hasta acaloradamente mientras disfrutamos juntos de nuestra rica gastronomía en cualquier tasca a la vuelta de cualquier esquina de cualquier comunidad. Ningún ministro, ningún intelectual ni ningún medio de comunicación en este país que les acoge está incitando al odio y mucho menos al antisemitismo, concepto, por cierto completamente tergiversado en su significado ya que semitas son, según el Diccionario de la R.A.E. “todas aquellas personas que pertenecen a alguno de los pueblos que integran la familia formada por los árabes, los hebreos y otros”.

Aquellos que nos oponemos a las agresiones que Israel comete , según ustedes mismos dicen en defensa propia, no odiamos, no buscamos odiar ni destruir. Buscamos el respeto universal de los Derechos Humanos , para todos y cada uno de los pueblos y sus gentes, para todos y cada uno de los territorios, culturas, cultos y estilos de vida presentes en cada rincón de este planeta. Por acabar, recordar que estamos firmemente determinados a este propósito y para que así conste, esta misma respuesta será enviada a los distintos medios de comunicación que tengan a bien publicarlo.

PLATAFORMA LA INDIFERENCIA NOS HACE CÓMPLICES

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