Denuncian en la ONU el “apartheid de género” en Afganistán

Una enfermera de una clínica móvil asiste a una familia en su hogar en la ciudad de Kandahar. La salud, y otros derechos como la educación, la libertad de movimientos, el empleo y la defensa legal están muy comprometidos en Afganistán debido a los implacables edictos impuestos por los talibanes desde agosto de 2021. Imagen: Charlotte Cans / Unocha

Viernes, 23 de junio de 2023.  Los implacables edictos emitidos por los talibanes desde que tomaron el poder en Afganistán en agosto de 2021 han establecido  un “apartheid de género”, que sofoca todas las dimensiones de las vidas de las niñas y las mujeres, plantearon en un nuevo informe expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas.

“Las mujeres y las niñas en Afganistán están experimentando una grave discriminación que puede equivaler a persecución de género, un crimen contra la humanidad, y caracterizarse como apartheid de género”, indica el texto presentado este lunes 19 al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en esta ciudad suiza.

El apartheid fue el sistema de segregación racial en Sudáfrica (y en Namibia y la ex Rodesia del Sur, actual Zimbabue) que durante décadas discriminó y separó la habitación y el conjunto de la vida civil, política, laboral y el acceso a servicios entre la minoría blanca y las demás etnias en esos países, hasta su abolición en 1992.

En el caso de Afganistán “las autoridades de facto (la milicia islamista talibán) parecen estar gobernando mediante una discriminación sistémica con la intención de someter a las mujeres y las niñas a dominación total”, dijeron los expertos Richard Bennett y Dorothy Estrada-Tanck en una declaración.

El británico-neozelandés Bennet es relator especial sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán, y la mexicana Estrada-Tanck preside el grupo de trabajo sobre la discriminación contra las mujeres y las niñas. Trabajan como expertos independientes, designados por el Consejo que integran 47 Estados.

Los expertos viajaron a Afganistán del 27 de abril al 4 de mayo y visitaron Kabul y Mazar-e-Sharif. Se reunieron con mujeres y hombres afganos de una variedad de sectores, incluidos funcionarios de facto a nivel central y provincial.

Su informe indica que hoy en Afganistán a las niñas y mujeres se les niega la educación más allá del nivel primario, se les prohíbe trabajar fuera del hogar en la mayoría de los sectores, acceder a baños públicos, parques y gimnasios y moverse libremente por el país.

Mujeres y niñas no pueden moverse libremente fuera de sus hogares, ante normas de “extrema modestia” impuestas sobre el “hiyab adecuado”, es decir, una prenda negra que debe ajustarse bien y cubrir el rostro, o no salir de casa sin motivo.

Se suma la política obligatoria de maharam, tutor masculino que debe acompañar a la mujer en cualquier recorrido.

Los expertos también expresaron su grave preocupación por la ausencia de protecciones legales para mujeres y niñas, y la normalización de la discriminación y la violencia contra ellas.

“Las mujeres y las niñas no tienen acceso a la justicia y uno muy limitado a abogadas, a quienes no se les han otorgado licencias, a diferencia de sus colegas masculinos”, indicaron.

El informe reveló que las mujeres y niñas víctimas de violencia de género están siendo condenadas a un sufrimiento físico y psicológico atroz, con acceso limitado a cualquier recurso de protección, como albergues.

A las mujeres que denuncian violencia a la policía se les dice que “no deben quejarse”, que “probablemente merecían ser golpeadas” y que “esos asuntos son privados y deben permanecer dentro de la familia”.

Este ambiente opresivo, agravado por la pobreza aguda, está limitando el acceso de las mujeres y las niñas a la atención médica de un sistema de salud ya sobrecargado y ejerce presiones extremas sobre las familias, según el informe.

“En este contexto, han aumentado la violencia doméstica, el matrimonio infantil y forzado, la venta de niños y órganos, el trabajo infantil, la trata y la migración insegura”, dijeron los expertos.

Destacaron que a las niñas y las mujeres se les prohibió asistir a la escuela después del sexto grado y solo pueden recibir limitada atención médica. “A menos que las restricciones se reviertan rápidamente, se puede preparar el escenario para múltiples muertes prevenibles que podrían equivaler a un feminicidio en evolución”, indicaron.

En una encuesta de 2112 mujeres que reseñó el informe, casi 50 % de las encuestadas conocía personalmente al menos a una mujer o niña que había sufrido ansiedad o depresión desde agosto de 2021.

“El deterioro de la salud mental es una preocupación grave para todas las mujeres con las que hablamos”, dijeron los expertos.

El informe pide a las autoridades de facto que respeten y restablezcan los derechos humanos de las mujeres y las niñas, e insta a que la comunidad internacional y la ONU presten más atención a la discriminación generalizada contra las mujeres y las niñas en Afganistán.

“Esta extrema discriminación basada en el género contra las mujeres y las niñas, perpetrada con total impunidad, no tiene paralelo en el mundo. Nunca ha sido más urgente abordar la grave privación de los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas en el país y ponerle fin”, concluyeron los expertos.

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