La sequía golpea a la ganadería norteamericana

Viernes, 8 de diciembre de 2023. El precio de la carne vacuna en EE.UU ha alcanzado los niveles más altos de los últimos 30 años, con un valor promedio de 8 dólares por libra (1 libra/ 0.453 kgs) que deja atrás el récord previo de U$S 7.48/libra que se obtuvo en el transcurso de la pandemia de 2020/2021

También el ganado en pie ha alcanzado niveles récord de U$S 1,79/libra en Chicago, comparado con U$S 1,50/ libra logrado un año atrás.

Los ganaderos estadounidenses (“ranchers”) estiman que estos son valores de crisis producto de la honda sequía que experimenta toda la cadena agroalimentaria de EE.UU, con una auténtica devastación de los campos de cría. El Departamento de Agricultura de EE.UU (USDA) señaló que esta es la peor sequía de los últimos 1.200 años, una situación que afecta incluso con características catastróficas a un 1/3 de los 48 Estados (los otros dos son Alaska y Hawái).

El resultado es que los ranchers están reduciendo drásticamente sus planteles ganaderos; y sucede al mismo tiempo en que aumentan incesantemente el costo de la alimentación animal, como la alfalfa o el maíz.

Esto hace que el ganado norteamericano esté insuficientemente alimentado en el momento actual, y que su engorde sea muy inferior a los de cualquier otra temporada.

De ahí que haya caído la rentabilidad –y por lo tanto la capitalización- de los feedlots prácticamente en todos los Estados de la Unión, sobre todo en los dos principales, que son Kansas y Texas, el núcleo de la industria ganadera estadounidense.

Por eso los ranchers han advertido la conveniencia de vender anticipadamente su ganado, aunque sea con bajos precios. El mayor inconveniente de esta situación reside en sus consecuencias de largo plazo, con un alza del precio de la carne que es cada vez mayor, al punto de alejarlos de las capacidades financieras de los consumidores.

Hasta ahora se sabía que el negocio ganadero experimenta cada 10/12 años un denominado “ciclo de la carne”, que hace que cuando los precios del ganado son bajos, necesariamente los ranchers reducen su stock ganadero; y esto tiene como consecuencia un aumento forzoso del precio del producto, lo que a su vez revierte el ciclo característico de esta actividad.

Sucede que en el momento actual la crisis provocada por la sequía tiende a transformar la caída en derrumbe, y la reducción de los planteles ganaderos adquiere características cada vez más graves, fuera de todas las proporciones.

USDA informa que el stock ganadero de EE.UU asciende en este momento a 28.9 millones de cabezas, y es el más reducido de los últimos 60 años, con el agravante de que no aparece el punto final de esta dramática situación.

De ahí que la producción de carne vacuna haya caído -5.2% anual en 2023, y disminuiría otros -7% el próximo año, con consecuencias agravadas en los siguientes, debido a que lo propio de la industria ganadera sea su actitud para producir solo un terreno por año.

EE.UU. experimenta en el momento actual una situación de pleno empleo –o para ser más estricto de sobre-empleo, por que se crean más puestos de trabajo que trabajadores existen en condiciones de ocuparlos-, con ingresos per cápita afectados decrecientemente por los niveles de inflación.

Esto hace que la tendencia central de los consumidores estadounidenses sea la búsqueda de productos alternativos, como la carne aviar, o la porcina, así como todos los derivados de la pesca.

Tyson Foods es el mayor procesador de carnes norteamericano, y este año, sus márgenes operativos han resultados negativos en -6.4% en los 3 meses que terminaron el 30 de septiembre; e incluso en el mercado de carne aviaria y porcina, Tyson Foods ha sufrido pérdidas por U$S 450 millones, que tienden a agravarse en los próximos 12 meses.

Lo mismo le ha ocurrido al principal procesador brasileño –JBS-, cuyos márgenes se han reducido -24% en el último año.

Esto significa que la crisis ganadera norteamericana tiende a transformarse en un fenómeno internacional, y sus efectos no solo se limitan a 2023, sino que se extienden e incluso se agravarán en 2024/2025.

El efecto del Niño con lluvias copiosas, especialmente en la zona núcleo y la región central de la Argentina favorece su producción agroalimentaria, y deja atrás definitivamente la peor sequía de su historia que sufrió en 2023.

Pero la Mesopotamia argentina, que es una zona de intensa producción ganadera, el régimen de lluvias tiende a ser excesivo por el efecto del Niño, y a provocar incluso inundacione de magnitud, que perjudican el desarrollo de la industria ganadera.

Francisco Villanueva Navas, analista de La Mar de Onuba, es economista y periodista financiero
@FranciscoVill87

 

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