La verdad detrás de los beneficios multimillonarios de la banca: más de 4.000 reclamaciones y denuncias sólo en Andalucía y cerca de 129.000 trabajadores en huelga

José Ignacio Goirigolzarri (CaixaBank), Carlos Torres (BBVA) y Ana Botín (Santander)

Sólo en Andalucía se han registrado más de 4.000 reclamaciones y denuncias de clientes en los últimos cinco años mientras CaixaBank, BBVA y Banco Santander sacan pecho por haber obtenido un lucro histórico en el último año: 23.911 millones entre los tres.

por Paco Núñez

 

Lunes, 26 de febrero de 2024. Los poderes fácticos de esta sociedad siguen campando a sus anchas. Se habla de récord en beneficios netos para los tres bancos más importantes de España, pero de lo que ya se habla menos es de los graves problemas que siguen teniendo las personas mayores para ir presencialmente a una oficina (entre CaixaBank, BBVA y Santander han cerrado más de 3.000 oficinas en todo el país) o para manejar la banca on line en un dispositivo electrónico.

La Dirección General de Consumo, perteneciente a la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, ha hecho balance de las actuaciones realizadas en el sector de las entidades financieras y banca en los últimos cinco años, periodo en el que se han registrado 4.241 reclamaciones y denuncias presentadas por personas consumidoras y usuarias, la mayor parte relacionadas con las cuentas corrientes y otros servicios bancarios, traduciéndose en sanciones de la Administración por valor de más de 22 millones de euros por diferentes irregularidades.

El sector de entidades financieras y banca ha sido objeto de la inspección de Consumo en el citado periodo -comprendido entre enero de 2019 y febrero de 2024–, con 448 actuaciones, motivadas por las reclamaciones y denuncias presentadas y como consecuencia de actuaciones de oficio previstas en campañas de inspección. De esas inspecciones, 232 (52% del total) resultaron con irregularidades.

Con motivo de dichas irregularidades, desde Consumo se resolvieron 275 procedimientos sancionadores en el ámbito bancario y financiero, lo que supone una media de 55 expedientes cada año. El importe total de estas sanciones ha sido de 22.023.498 euros, de lo que resulta un importe medio de sanción de 80.085 euros.

Los bancos, un nido de irregularidades

Las infracciones más habituales que han sido sancionadas en estos procedimientos sancionadores han estado relacionadas con: introducir cláusulas abusivas en los contratos; realizar prácticas comerciales desleales; cobrar precios superiores a los anunciados; el incumplimiento de las obligaciones de información; el incumplimiento de las condiciones de prestación del servicio; el incumplimiento de información en cartelería o folletos publicitarios; no responder en plazo a la hoja de reclamaciones; no disponer de libro de hojas de reclamaciones; suministrar libro de hojas de reclamaciones no oficiales; y no atender en tiempo o forma los requerimientos formulados por la Administración.

Ha destacado la campaña para comprobar la existencia de cláusulas abusivas en los contratos de préstamos y créditos hipotecarios para la adquisición de vivienda y el control desarrollado sobre préstamos al consumo en 2019. Como consecuencia de las actuaciones de vigilancia realizadas, se resolvieron 38 procedimientos sancionadores por casi 17,5 millones de euros.

Hay que resaltar también la campaña, desarrollada en 2022, de inspección de entidades bancarias. En dicha campaña, se analizaron las condiciones generales de contratación de contratos de cuenta corriente y de ahorro y de tarjetas de crédito y débito, habiéndose resuelto cinco procedimientos sancionadores con una sanción de casi 3,9 millones de euros.

BBVA gana casi el doble que antes de la pandemia

Asimismo, el BBVA obtuvo un beneficio neto de 8.019 millones de euros en 2023, un nuevo récord histórico que supone un 26,1% más que el año anterior y, sobre todo, casi el doble de lo que ganaba el banco antes de la pandemia: en 2019, la entidad ganó 4.830 millones de euros.

Por otro lado, el Banco Santander ha batido ampliamente su récord de beneficios. La entidad presidida por Ana Botín obtuvo un beneficio de 11.076 millones de euros en 2023, superando por primera vez la barrera de los 10.000 millones de ganancias en un año, según ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El año pasado ya registró las ganancias más altas de su historia, con 9.605 millones, pero en el pasado 2023 ha mejorado esa cifra en un 15,3%. El mercado ha recibido estos números con una subida del 2,08% en Bolsa.

Récord en beneficios y en cinismo

Por su parte, el Grupo CaixaBank obtuvo un beneficio neto atribuido de 4.816 millones de euros en 2023, frente a los 3.129 millones en 2022, lo que supone un incremento del 53,9%. El Grupo, que presta servicio a 20,1 millones de clientes a través de una red de aproximadamente 4.200 oficinas en España y Portugal, supera los 600.000 millones de euros en activos. Pero hay que recordar que esta empresa echó a la calle a miles de trabajadores y cerró cientos de oficinas durante la pandemia.

El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, muestra un cinismo mayúsculo al decir que «en el año 2023, CaixaBank ha estado muy cerca de sus clientes, empresas y particulares, financiando sus proyectos y gestionando sus ahorros. Todo esto, además, a través de un modelo comercial que apuesta por la inclusión financiera y apoya a los colectivos más vulnerables«. Ese apoyo se traduce en que personas de más de 80 años que viven en los barrios de la periferia de, por ejemplo, Huelva capital tienen que desplazarse dos kilómetros (más de una hora de camino de ida y vuelta andando al paso de un mayor con movilidad reducida) para ir a su oficina más cercana.

Se está vulnerando la Ley de Protección de los Consumidores y Usuarios

Prácticamente todos los bancos incumplen varios puntos de la Ley 4/2022, de 25 de febrero, de protección de los consumidores y usuarios frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica. El primero está en las Antípodas de esa política cruel de cerrar oficinas para, precisamente, llegar a engordar las arcas de los mandamases de los bancos hasta las trancas: «Facilitar cuantas medidas se consideren necesarias para asegurar la atención presencial a las personas de mayor edad y a todos aquellos colectivos para los que el acceso a los servicios financieros a través de las nuevas tecnologías constituya un motivo de exclusión financiera«.

El segundo punto que incumplen sistemáticamente todos los bancos es el siguiente: «Aprobar cuantas medidas se consideren oportunas para acercar los servicios financieros a todas las personas, especialmente en el medio rural, hacerlos más accesibles, teniendo especialmente en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad y las personas mayores». La política de empresa que se está siguiendo desde hace unos años es cerrar oficinas, sobre todo en pueblos de la España profunda y en barrios periféricos de capitales de provincia.

El informe anual de seguimiento de este tipo de accesibilidad publicado en diciembre por el Banco de España corrobora una tendencia que parece imparable: el número de oficinas bancarias descendió un 7,2% el año pasado, de 19.014 a 17.648, y el retroceso fue mayor en los municipios más pequeños, de menos de 500 habitantes, del 11%, donde solo quedan 379 sucursales.

Mientras los gerifaltes ganan varios millones al año de sueldo, los trabajadores se echan a la calle en huelga

La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, ganó en total 12,24 millones de euros en 2023, un 4,2% más que los 11,7 millones obtenidos el año anterior, según el informe de retribuciones que la entidad ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Seguimos. El presidente del BBVA, Carlos Torres, ganó 7,6 millones en 2023, un 0,8% más que en 2022, mientras que el consejero delegado, Onur Genç, percibió un salario de 6,7 millones, un 1,44% más. Es casi una obscenidad, ¿verdad?

Por último, la remuneración del presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, es de 2,25 millones, que se reparten entre 1,73 millones en la parte fija, 400.000 euros en la cuantía variable y 118.000 en otros conceptos (fundamentalmente primas de seguro de salud y de seguro de vida). Pero hay otro alto ejecutivo que le gana en el espeso organigrama de este templo de la avaricia (todos los bancos son, simple y llanamente, odas al dinero). Se trata del consejero delegado, Gonzalo Gortázar, que se embolsa anualmente 4,14 millones.

Mientras todas esas cuentas corrientes, que recuerdan a las del Tío Gilito, no hacen más que engordar y engordar, unos 1.500 trabajadores del sector financiero se han movilizado este miércoles en Sevilla, convocados por UGT, CCOO y Fine, ante la «pérdida de poder adquisitivo de, en torno a un 11%, sufrido desde antes de la pandemia y un 20% los últimos 10 años». La protesta, que se ha sumado a las de Valencia y Barcelona, ha recorrido el centro de la ciudad, y se ha ido parando a las puertas de las centrales bancarias de Santander, BBVA, Caixbank, Sabadell y otras entidades, a las que exigen «mejoras en las condiciones laborales».

En toda España, un 84,7% de las 152.000 personas trabajadoras (128.744) de Banca, Ahorro y Cooperativas de Crédito han secundado la huelga parcial de dos horas convocada por CCOO, UGT y FINE hoy lunes 26 de febrero, según las estimaciones de los tres sindicatos.

Según las organizaciones sindicales, el 85,5% de las plantillas de Banca (de un total de 80.000) un 83,5% de las plantillas de Ahorro (de un total de 55.000) y un 84,5% de las plantillas de Cooperativas de Crédito (de un total de 17.000), han secundado esta huelga para exigir a las entidades del sector financiero incrementos salariales acordes con los beneficios del sector y medidas de calado que mejoren un clima laboral cada vez más insostenible.

Los trabajadores piden una subida del 17% al 23% en cuatro años y la patronal ofrece «un ridículo 8% que no compensa ni siquiera la pérdida de poder adquisitivo en los últimos años», según un representante sindical.

Un directivo puede ganar hasta 300 veces más que un empleado de cualquier sucursal

Asimismo, los sindicatos exigen que las subidas salarias se apliquen a toda la plantilla, sin compensación, absorción ni mecanismos similares, que incluyen las subidas en pluses y bonificaciones. También quieren que se fije un tope del 1% en los intereses de los préstamos que las entidades conceden a los trabajadores ante la subida del euríbor, el indicador que fija el precio de los créditos con interés variable.

Los trabajadores también piden que se reduzca la brecha entre los salarios de las personas que trabajan en las sucursales y las que están las cúpulas directivas. Según datos de los sindicatos, un directivo puede ganar hasta 300 veces más que un empleado de cualquier sucursal.

Por otra parte, exigen medidas «de calado» que mejoren el «insostenible» clima en el que deben trabajar, marcado, explican, por la «presión comercial, la falta de plantilla, las cargas de trabajo y el impacto sobre la salud».  Esta es una de las razones por las que, como ocurre en la sanidad pública, el usuario padece al final una desatención totalmente inmerecida. Porque los clientes son los facilitadores del alto nivel de vida que tienen los banqueros y no pueden consentir el ninguneo al que se les somete. La gente mayor (y la de cualquier edad que sea analfabeta digital) tiene derecho a que esos ejecutivos (y también esos empleados que ahora tanto se quejan) les solucione sus problemas y que dejen de decir esa irritante frase: «Eso lo tiene usted que hacer por el cajero«. O «dígale a su hijo que le baje la aplicación de la banca on line«. Eso se llama darle la espalda a la persona que está contribuyendo, igual con cientos de miles de euros, a que se mantenga su puesto de trabajo, señor cajero de sucursal o señor director de oficina.

@Francisconuba

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