Mamadou, el joven de 33 años fallecido en una finca de Lucena del Puerto, estaba gravemente enfermo y sufrió un paro cardíaco mientras huía tras ser asaltado en su chabola

Mamadou acariciando la mejilla de su compañera C. en la terraza del hospital Vázquez Díaz de Huelva (Foto: Fernando García Arévalo)

Permisividad e indolencia institucional ante la aparición de puntos de venta de alcohol y droga en los asentamientos chabolistas de trabajadores agrícolas.

ARRANCA LA CAMPAÑA DE RECAUDACIÓN PARA REPATRIAR A GUINEA CONACRY EL CADÁVER DE MAMADOU

por Perico Echevarría

 

Sábado, 10 de febrero de 2024. Mamadou, nacido en Guinea Conakry, apenas tenía 33 años cuando su cuerpo sin vida fue hallado este sábado en el interior de una finca de frutos rojos de Lucena del Puerto (Huelva). Como otros de miles de jóvenes de su país, vivió la peligrosa odisea de cruzar el Mediterráneo para buscar una vida mejor en la Europa capitalista, blanca y envejecida que teme por la falta de mano de obra que la atenaza.

El cuerpo sin vida de Mamadou, hallado este sábado en Lucena del Puerto (Foto: Fernando García Arévalo)

Durante años logró vivir en esta vieja Europa, que por un lado le hizo sufrir todos los impedimentos legales y sociales para regularizar su situación, mientras por otro le hacía hueco en la economía sumergida que nutre de mano de obra barata a tantos agricultores españoles.

Mientras intentaba su regularización, logró vivir de su trabajo y enviar dinero a sus familiares todos los meses. Hasta que la enfermedad hizo presa de su joven cuerpo y comenzó a necesitar sesiones de diálisis, y, además, precisar de una ostomía para que su sistema digestivo siguiera funcionando.

Hace un tiempo conoció a una joven de Guinea Ecuatorial con la que mantenía una relación sentimental. La joven no supo resistir como Mamaodu las embestidas de la vida migrante en la vieja y blanca Europa, e intentó quitarse la vida saltando por la ventana de un hospital onubense. Quedó tetrapléjica. Hace poco fue trasladada desde el centro hospitalario onubense a uno de Málaga, lo que impedía a Mamadou seguir visitándola y atendiéndola mientras sufría su propia enfermedad y se buscaba la vida malviviendo en una chabola de unos de los asentamientos de trabajadores agrícolas -de origen africano, los asentamientos de la vergüenza– diseminados por la Provincia de Huelva. Quienes conocían y querían a Mamadou, aseguran que esta separación inesperada y decidida por el sistema público de salud había acabado de minar su resistencia emocional.

La pasada noche, mientras dormía en su chabola, unos jóvenes sin identificar y presumiblemente afectados por el consumo de alcohol y estupefacientes, forzaron la entrada de su chabola con intención de asaltar al joven y robarle sus escasas pertenencias y poco dinero que guardaba consigo.

Salió huyendo y trató de ocultarse en una finca de frutos rojos cercana al asentamiento, donde el pánico y su propia debilidad devinieron paro cardíaco. Murió con 33 años, habiendo recibido de la vieja Europa el amparo de la sanidad pública de la que obtenía sus sesiones de diálisis y el seguimiento de su estado de salud. Y poco más, porque el mismo “sistema” que velaba por su deteriorada salud le negó una alternativa al chabolismo y la regularización.

Mamadou, en una imagen reciente tomada por el fotógrafo Fernando García Areválo

La Guardia Civil, consultada por La Mar de Onuba, sostiene que la muerte de Mamadou «se está investigando» y «se practicará autopsia». También que «no hay signos de violencia»,  y que «todo apunta a ser muerte natural».

La muerte de Mamadou no es una simple crónica de sucesos.

Permisividad e indolencia institucional ante la aparición de puntos de venta de alcohol y droga en los asentamientos chabolistas de trabajadores agrícolas

Según el relato de personas residentes en el asentamiento en el que hasta este sábado vivía Mamadou, los jóvenes que habrían asaltado su chabola formaban parte de los grupos que, desde hace "algunas semanas", acuden durante las madrugadas a los núcleos de infraviviendas para "terminar la fiesta" en los puntos de venta de alcohol y droga que han comenzado a surgir sin que, aparentemente, las autoridades pertinentes hayan reparado aún en ello.

"Sorprende lo atentos que están para que no se levanten nuevas chabolas, y que estos negocios estén proliferando sin que nadie haga nada", se queja una fuente consultada por La Mar de Onuba. La misma fuente lamenta que esta situación, "permitida", está alterando el descanso de los trabajadores agrícolas y quebrando la pacífica convivencia que caracteriza a los asentamientos de la vergüenza de Huelva.


ARRANCA LA CAMPAÑA DE RECAUDACIÓN PARA REPATRIAR A GUINEA CONACRY EL CADÁVER DE MAMADOU THIERNO DIA.

Publicada por Fernando García Arévalo en Martes, 13 de febrero de 2024

 

2 Comentarios

  1. Es tremendamente injusto, que en pleno siglo XXI se consientan y permitan situaciones de vida así, cuando están haciendo un trabajo. Esencial y necesario para que los demás podamos vivir y que, los demás no quieren hacer, por lo duró y mal pagado, sabemos que hay gente estupenda que se preocupa por ellos y ellas, pero donde están las instituciones, sindicatos y políticos. Basta ya tienen derecho a vivir en condiciones dignas y justas . Porque exigimos todos los derechos para todas las personas y ninguna persona es ilegal

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