‘Mentemos la bicha de la España agraria’, por Eduardo Madroñal

por Eduardo Madroñal

Martes, 20 de septiembre de 2022. Hay que mentar la bicha del campo español -siempre y a todas horas, en las declaraciones y en las manifestaciones- para unir todas las energías populares contra los saqueadores de nuestros recursos agrícolas y ganaderos. La producción agrícola y ganadera se la apropian los oligopolios de la industria y de la distribución agroalimentaria -españoles y principalmente extranjeros- imponiendo precios en origen por debajo de los costes de producción. Esa es la bicha.

Y otros oligopolios imponen unos costes -que ya venían disparados mucho antes de la invasión rusa de Ucrania- que afectan no solo a la energía, la luz y el gasoil, sino también al resto de materiales productivos necesarios como semillas, piensos, fertilizantes, productos fitosanitarios y envases. Esa también es la bicha.

La España agraria esquilmada

Por eso existe un malestar generalizado por la situación actual -que hunde sus raíces en los problemas estructurales del campo- provocados fundamentalmente por el hundimiento de las rentas. Hoy el principal problema del campo español son los precios en origen. Y su necesidad esencial es conseguir que se garanticen precios justos que cubran los costes de producción y un margen de renta suficiente y digna.

Otoño se acerca amenazando con altos costes de producción, bajos precios en origen y una previsión de mermas generalizadas en la producción por culpa de la sequía. Tanto las tres principales organizaciones agrarias -Asaja, COAG y UPA- como Cooperativas Agro-alimentarias de España están de acuerdo que son los problemas claves del campo español.

Por ejemplo, los precios de la cebada para pienso se han disparado como también otros para la alimentación de la ganadería -maíz, avena, veza, soja, etc.-; e igualmente el precio del gasoil agrícola.

Unidad contra la bicha

Todas las movilizaciones, todas las declaraciones y todas las negociaciones con el gobierno deben mentar la bicha, porque, para seguir manteniendo la estructura productiva de la agricultura española que nos da -y nos debe dar- de comer a los españoles, hay que acabar con el dominio de la bicha. Porque no sólo nos jugamos los alimentos de hoy sino también nuestra soberanía alimentaria.

Todas las organizaciones agrarias y todas las cooperativas luchan para que el campo sea motor de recuperación, con una industria que no se deslocaliza y que permanece en la España rural. Todas ellas deben ser conscientes que los oligopolios españoles y extranjeros usaron sus gobiernos -desde González, pasando por Aznar y Zapatero, hasta Rajoy- para imponer su dominio y hundir al resto de los sectores productivos.

Se deben exigir medidas -urgentes y estructurales- al actual gobierno español. Pero son medidas contra el continuado dominio de los oligopolios sobre la agricultura y la ganadería de nuestro país. Se debe pedir el apoyo del resto de los sectores populares que en España sufren el mismo saqueo. No se deben aceptar falsos apoyos que sigan ocultando la bicha.

Demasiado a menudo se quiere asociar las movilizaciones del mundo rural, de ganaderos y agricultores, con la actividad de la extrema derecha. Es un reaccionario clima de opinión. Las movilizaciones agrarias defienden demandas y exigencias absolutamente justas e imprescindibles para el 90% de la población española. La principal de todas ellas -no vender por debajo del coste de producción- se dirige contra el oligopolio que controla la agroindustria. ¡Ay, la bicha, ay!

Algunas medidas urgentes

Garantizar la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria en todos sus tramos, con precios justos en origen. Solo será efectiva si hay un compromiso y coordinación de las dos Administraciones -el gobierno central y las autonomías-.

Medidas para reducir los costes de producción como la bajada de impuestos al gasoil y la electricidad.

Incentivar la comercialización de los productos de cercanía, regionales y nacionales, protegiendo especialmente las pequeñas y medianas explotaciones frente a las importaciones incontroladas de terceros países que hacen competencia desleal sin cumplir los cánones de calidad exigidos en la UE, tiran los precios y dejan cosechas en el campo.

Es necesaria una política de aranceles a los productos -tanto agrícolas como ganaderos- de fuera de la UE y un control de las importaciones de los oligopolios de importación y distribución.

Algunas medidas estructurales

Llevar la industrialización al campo, con el desarrollo de las nuevas energías y la creación de industrias de transformación de los productos agropecuarios y forestales en las comarcas donde se producen.

Que las infraestructuras de movilidad y telecomunicaciones y los servicios básicos y esenciales para el desarrollo económico y social lleguen a la España agraria.

Apoyar la ganadería basada en el modelo extensivo e intensivo familiar ampliamente predominante.

Impulsar aún más la formación de cooperativas; la modernización de los modelos productivos tradicionales y el asesoramiento técnico agropecuario orientado a los jóvenes.

Eduardo Madroñal Pedraza, columnista habitual de La Mar de Onuba, nació el año 1951 en Madrid, el año 1951, de raíces andaluzas paternas y castellanas maternas. Fue velocista y jugador de balonmano. De una clase social, eligió otra práctica social. Fue, por el  artículo 191 del Código Civil franquista, «padre soltero» de una hija de madre desconocida. Estudió Psicología. Trabajó 7 meses como repartidor de codornices y 7 años como administrativo en Uralita. Acabó Psicología; fue profesor de inglés (6 años en colegio privado y 4 años en instituto por oposición. Con la LOGSE se cambió a orientador educativo. Anomalías se titula su tercer libro de poemas. Colabora en diversas publicaciones (De Verdad, Chispas…) en formato digital e impreso. Es militante de Unificación Comunista de España, miembro de Recortes Cero, e integrante de la Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones. Profesor aprendiz, psicólogo inapropiado, orientador peregrino, demócrata distinto, patriota inusual, comunista extraño, padre inesperado, abuelo chocante, amante inhabitual, y alguna anomalía más.

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