Se ríe de nosotros; y hace bien… pero #DoñanaNoSeToca

“Este personaje se atreve a desafiar a Europa, al gobierno central de España, y también a los científicos. Su propuesta de legalizar los robos de agua en Doñana ha escandalizado a la sociedad. Él, en cambio, lo encuentra gracioso”

por Pepe Galindo

Viernes, 19 de mayo de 2023. El presidente de nuestra Andalucía se ha sentido muy ofendido por una parodia sobre la Virgen del Rocío. Con todo su poder (léase prepotencia), ha exigido que los comediantes se disculpen (y ellos se han reído de tan graciosa imposición).

El orgullo del presidente le lleva a autoproclamarse portavoz de los sentimientos de todos los andaluces. De ahí que califique la parodia como una «falta de respeto» hacia los andaluces, entre otras cosas por parodiar nuestro acento. Os aseguro que la mayoría de los andaluces NO nos hemos ofendido; y nos reímos cuando nos parodian. Si algo es mítico en Andalucía, es nuestro sentido del humor del bueno, ese con el que empiezas riéndote de ti mismo y luego de lo que se ponga por delante, sin intención de ofender.

Al parecer, el presidente de Andalucía se cree con el derecho a decretar de qué se puede reír la gente, como si la risa pudiera tener barreras a gusto de los gobernantes, por ineptos que estos sean. Es paradójico, que un señor liberal quiera coartar la libertad de expresión. Así son los liberales: exaltan la libertad, pero solo la de ellos mismos.

«Este mismo presidente —que sale a defender sin necesidad a la Virgen del Rocío— es el mismo que se calla cuando los rocieros destrozan Doñana con la excusa de una devoción superficial, infantil y burda. Aunque les pese a los juerguistas, una auténtica devoción cristiana debe cuidar de no dañar la naturaleza y, por supuesto, también de no maltratar animales”.

Este mismo presidente —que sale a defender sin necesidad a la Virgen del Rocío— es el mismo que se calla cuando los rocieros destrozan Doñana con la excusa de una devoción superficial, infantil y burda. Aunque les pese a los juerguistas, una auténtica devoción cristiana debe cuidar de no dañar la naturaleza y, por supuesto, también de no maltratar animales (cosa que se hace sistemáticamente en El Rocío). No hablamos solo de bueyes y caballos obligados a trabajar. El Papa Francisco lo expresó meridianamente. Por desgracia, las hordas de católicos superficiales no han leído —ni leerán— el Laudato Si. Solo les interesa la jarana.

Algunos pensarán que el presidente de Andalucía, sencillamente, no tiene sentido del humor. Se equivocan. Este señor se ríe constantemente de los andaluces, juega con nuestro patrimonio y se mofa de nuestros sentimientos. Pero eso no es grave. Celebro que cada uno se ría de lo que quiera. Lo grave es que se siente el elegido por la democracia para decidir de qué reírse; y a qué intereses políticos y económicos beneficiar. Lo grave es que aprueba leyes sin leerlas y, encima, se pone chulo, encarándose ante una joven periodista (barbaridad del PP nº 144).

Ante tal paroxismo de sentimiento de poder, este personaje se atreve a desafiar a Europa, al gobierno central de España, y también a los científicos. Su propuesta de legalizar los robos de agua en Doñana ha escandalizado a la sociedad. Él, en cambio, lo encuentra gracioso, tan gracioso como el desastre del mar Aral por parte de Rusia. Moreno Bonilla es para Doñana, lo que Brézhnev fue para el mar Aral.

A mí no me importa que este presidente se ría de lo que quiera, o que unos comediantes parodien el acento andaluz (motivos tienen, y los andaluces lo sabemos). Lo que no soporto es la actitud chulesca de un partido completo —el PP— que se cree con derecho a destrozar el medioambiente, amparándose en el analfabetismo ambiental de sus votantes.

Los del PP saben —y quiero pensar que también entienden— lo que dicen los científicos (que coinciden con los ecologistas). Aunque lo escondan (por motivos bien conocidos), los del PP son conscientes de los grandes males a los que nos lleva su liberalismo. También saben lo que quieren sus amigos de las multinacionales que defraudan y los agricultores que roban agua. Los políticos que obedecen a los ladrones, tienen muy poca gracia y mucho malaje.

Dejemos que los cómicos hagan su trabajo; que cada uno se ría de lo que le haga gracia. Ahora bien, cuando un político se ríe del pueblo que lo ha elegido, la cosa pinta mal.

A todos los andaluces. Si votas pensando en tu bolsillo, deberías saber que el desastre hídrico y la crisis climática nos va a expulsar de nuestra tierra, con los bolsillos vacíos.

Pepe Galindo es profesor de la Universidad de Máaga (UMA) y autor de BlogSOStenible

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